Desigualdad Económica en Ecuador

Una forma de medir la desigualdad es el coeficiente de Gini, que proporciona una medida de la homogeneidad de los ingresos de los individuos y hogares en un territorio. Cuando la igualdad es total y todo el mundo cuenta con el mismo ingreso, este índice se aproxima a cero; cuando la desigualdad es total, tiende a uno. En las ciudades más dinámicas como Quito y Guayaquil se concentran los más ricos, pero también los más pobres, que tienen aspiraciones de mejorar su calidad de vida. Es un fenómeno que existe desde siempre, pero se ha acelerado relativamente más en los últimos años en nuestro país, porque si ha habido alguien que ha perdido con la manera de gobernar han sido las clases medias en las provincias menos ricas.

Otra forma de visualizar esta brecha interna es calcular la distancia que separa hogares ricos y pobres. Según el INEC, aunque las desigualdades siguen enquistadas sobre todo en las grandes ciudades, también ha aumentado el nivel de vida. Hoy en día vivimos mejor porque tenemos más ingreso, los niveles relativos de pobreza a nivel del país se han reducido desde el año 2000, esa es la gran ventaja. La gran desventaja es la polarización. Concentrar la actividad lleva a infrautilizar el potencial de otras zonas e impedir que mejore la calidad de vida de toda la población, y que este fenómeno acabe percibiéndose en detrimento del resto del país. Todos anhelamos el éxito de las grandes ciudades, pero es crucial comprender que su prosperidad no se difunde o lo hace muy poco.

El campo ya no resulta rentable, dejando patente la desigualdad que existe entre territorios. Aquellos campesinos que habitan hacia adentro en el medio de la naturaleza, han visto debilitarse y hasta desaparecer varios cultivos y actividades en las últimas décadas, a medida que la agricultura ha perdido peso y la población más joven se ha ido desplazando a centros más cercanos a la capital o han migrado a EEUU. Hace 30 o 40 años había algo más de la agricultura gracias a las asociaciones que daba trabajo por lo menos a 20 o 30 familias Ahora la agricultura está en total decadencia, la ganadería está en declive y la hostelería también ha sufrido retrocesos, sobre todo porque no se encuentra mano de obra. (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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