Aprobado por unanimidad del Concejo Cantonal el presupuesto del municipio de Cuenca para el ejercicio fiscal 2024, ahora el reto es ejecutarlo.
Su monto es $ 250’482,455 dólares, $ 22’563.804 más respecto al presupuesto de 2023.
La Contraloría dispuso cobrar por las obras consideradas de beneficio general construidas en la ciudad, también a los habitantes de las parroquias rurales.
Asimismo, ordenó recuperar valores de los impuestos prediales, “descontados” por el simple hecho de pagarlos a tiempo.
En teoría, todos esos recursos habrían incidido para el incremento presupuestario. Poco, sí; pero algo es algo.
En la ejecución presupuestaria radica una buena administración. Y esta debe ser la meta a cumplirse, comenzando por el alcalde, hasta los responsables de las direcciones municipales.
Del alcalde, porque debe exigir, supervisar, llamar la atención si algún funcionario nombrado por él camina con “pies de plomo” y se deja rebasar por el cumplimiento de A o B obra o proyecto, máxime si son el producto de la priorización hecha en asambleas ciudadanas.
De los directores departamentales, porque deben asumir sus responsabilidades con entereza y compromiso por la ciudad.
Sueldos y estabilidad de directores y subdirectores; igual de los gerentes de las empresas municipales, deben ser medibles por los resultados de la gestión.
En la distribución presupuestaria destacan los montos asignados para seguridad ciudadana y proyectos sociales; igual para la ejecución de obras como los retenes en la vía hacia la cárcel de Turi, mejoras en los mercados de la ciudad, la construcción de un hospital en la parroquia El Valle, más un anticipo para otros a levantarse a futuro en Ricaurte y Baños.
Llama la atención el monto asignado para pagar por los juicios ganados al municipio por las empresas constructoras de la ruta tranviaria.
Aprobada esa herramienta financiera, los resultados se verán a finales de 2024. Ojalá no haya sorpresas cuando se hagan las reformas.
