Diario El Mercurio, próximo a celebrar su centenario en octubre de 2024, ha documentado a lo largo de su historia las sequías que han afectado a Cuenca. El archivo histórico del periódico recoge crónicas y fotografías que muestran cómo la ciudad ha enfrentado periodos de estiaje, afectando su suministro de agua potable y energía.
Uno de los episodios recordados es la sequía de 1968. Ese año la falta de lluvias provocó una emergencia que comprometió el caudal de los ríos, lo que dificultó la provisión de agua para la ciudad.
En respuesta, las autoridades, encabezadas por el entonces alcalde Ricardo Muñoz Chávez, emitieron un «Llamamiento a la ciudadanía». En este solicitaron la colaboración ciudadana para seguir estrictas disposiciones.
Se prohibió botar basura en las orillas y lechos de los ríos. Lavar ropa en el río Tomebamba, en el tramo comprendido entre los puentes de El Vado y El Vergel. Y el uso del agua quedó restringido a lo estrictamente necesario.
“La Municipalidad de Cuenca en vista de la grave emergencia por el prolongado estiaje, que ha determinado una imprevisible disminución del caudal de los ríos, hace el más fervoroso y patriótico llamamiento a los habitantes para que se observe las medidas de higiene establecidas, caso contrario, procederá a sancionar”, reseña en su edición de diciembre de 1968.
Además, se implementó un racionamiento del servicio eléctrico, ya que la escasez de agua afectaba también la producción de energía.
1985
En 1985, otro periodo de sequía afectó la región. El río Tomebamba quedó “prácticamente seco”, lo que causó preocupación. El Mercurio, en su edición de marzo de ese año, destacaba la gravedad del entorno.
«Esto viene a constituir un serio problema, ya que su poca agua es usada por las lavanderas, lo que contribuye a aumentar la contaminación de las mismas. Nótese la confluencia de los dos ríos Tomebamba y Machángara casi sin agua«, señala El Mercurio en su edición de marzo de 1985.
El registro de sequías en Cuenca incluye eventos moderados en los años 1980-1982, 1986-1987, 1990-1992, 1995, 2000, 2002 y 2006. Sequías severas ocurrieron en 1983, 1995, 1997 y 2010, mientras que los años 1982, 1985, 2001 y 2005 estuvieron marcados por sequías extremas.
Según una investigación realizada en 2017 por Lisbeth Valarezo sobre las sequías meteorológicas en la cuenca del río Paute, la de 1985 fue identificada como el evento más representativo en este periodo de estudio.
Las sequías no solo han provocado la interrupción del suministro de agua potable y de energía eléctrica, también han impactado gravemente la agricultura y han aumentado la contaminación de los ríos, lo que a su vez afecta la salud pública.
El Mercurio ha sido un puente entre las autoridades y el público, para fomentar la conciencia ciudadana sobre la importancia de colaborar antes las crisis.
La sequía más larga de la historia
El Mercurio recuerda las sequías de Cuenca y realiza esta publicación en el contexto de la actual crisis hídrica que atraviesa la ciudad, la cual cumple este 14 de septiembre de 2024, 63 días sin lluvias. En medio de esta prolongada sequía, es importante recordar y analizar los episodios históricos que han marcado a la ciudad.
El año 2023 ya se registró una sequía hidrológica que es considerada la más larga desde que existen registros en la ciudad. En septiembre del año pasado, Cuenca registró 118 días sin lluvias, este prolongado estiaje afectó los recursos hídricos y causó restricciones.
Las 44 comunidades de las parroquias Turi, El Valle y algunos sectores de Baños, pertenecientes al proyecto Nero tuvieron racionamiento del líquido vital. Sin embargo, las lluvias volvieron el 14 de diciembre de 2023, lo que puso fin a ese periodo de sequía.
Los caudales de los cuatro ríos recuperaron su estado normal, luego de 10 días de precipitaciones. (I)
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