La XXIX Cumbre Iberoamericana, celebrada en la ciudad ecuatoriana de Cuenca, se cerró este viernes 15 de noviembre de 2024 sin una declaración oficial.
Las razones: falta de consenso entre los diecinueve países participantes, de los veintidós que conforman el grupo de habla española y portuguesa, en la que además no ha habido representación de México, Venezuela y Nicaragua.
Todos los países, excepto Argentina, estaban de acuerdo en apoyar un documento que incluía acuerdos en materia de equidad de género, acciones para luchar contra el cambio climático, impulsar la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y condenar el embargo comercial de Estados Unidos contra Cuba, entre otros asuntos.
Pero el representante del presidente Javier Milei, el embajador Eduardo Acevedo, expresó la negativa del Gobierno argentino a suscribir esos artículos y, en contrapartida, propuso que los diecinueve firmaran un documento que recogiera sólo las materias de común acuerdo, algo a lo que se opuso Cuba y el resto de los países.
Una Cumbre sin acuerdo
No es común que una Cumbre no cuente con una declaratoria oficial. Sin embargo, la ciudad y el país se quedan sin una declaración.
«Hay una declaración en el marco de la cumbre iberoamericana no dentro de la cumbre ya que hubo una posiciones radicales entre algunos países…», dijo Gabriela Sommerfeld, titular del Ministra de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana.
Con esto, la Cumbre Iberoamericana no solo quedó con una participación ínfima por parte de los jefes de estado, sino se queda sin una declaratoria. (I)