“En tus manos encomiendo…”

David G. Samaniego Torres

La cita corresponde al evangelista Lucas. Fue la última frase de Jesús, pendiente aún de la cruz, antes de su retorno a la casa del Padre. Ecuador está en busca del camino a la casa de la sensatez. Se vive un país amorfo, sin linderos jurídicos, se abren espacios aptos para el atropello y la inconciencia. La ontogénesis del ser humano ha sido cuestionada y se habla desaprensivamente, por ejemplo, de cambios genéticos de aquello que hasta hoy fue el orgullo humano: el hombre y la mujer. Son males fatídicos, son caminos que jamás conducirán al bien. De un tiempo acá todos estamos descontentos por algo, todos sabemos que muchas cosas deben cambiar y sin embargo preferimos la inopia, la falta de interés por horizontes distintos, la cobardía frente a un visto bueno a lo malsano, el silencio.

Les invito a investigar los cambios que se están dando, en estos días, respecto a la formación y educación de los niños. Si tenemos presente un mañana más humano es indispensable pensar en aquello que debemos hacer, ahora, para erradicar las hierbas malas que han crecido salvajemente y, además, alimentar la semilla sana con todas las vitaminas indispensables para terminar con lo dañado.

Dejando a un lado las metáforas permítanme algo más morocho. El enfermo está moribundo: lo matamos de una vez o intentamos salvarlo. Mi aporte pretende curar al moribundo. El mundo vive horas de sorpresas inquietantes: decenas de miles de seres humanos huyen de sus países porque nunca encontraron en ellos motivos para vivir o cómo hacerlo.  Se impide el nacimiento de humanos porque cambiaron las reglas de la unión de parejas. El sexo perdió su razón de ser: perpetuar la raza humana. Crear una vida, cuidarla en sus primeros días y años, regalarla amor incondicional y formarla para insertarla en la familia y la sociedad, dejó de ser la misión de una pareja que se ama, que ama el fruto de su amor y ama el presente y futuro de la humanidad.

Me duelen las vidas de quienes las pierden diariamente, sin saberlo; me duelen los humanos que nutren nuestras cárceles y que nunca distinguieron el bien del mal; me duele y molesta la irresponsabilidad de padres de familia que no saben dónde y con quienes andan sus hijos menores.  Ustedes y yo somos corresponsables del Ecuador de hoy. (O)

Dr. David Samaniego

Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Fundador de Ecomundo, Ecotec y Universidad Espíritu Santo en Guayaquil. Exprofesor del Liceo Naval y Universidad Laica (Guayaquil) y colegio Spellman (Quito).

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