Seguridad y vías en buen estado son indispensables para garantizar el éxito del turismo por Carnaval.
El sector turístico pone sus ojos en el próximo feriado. Desde quienes ofrecen sus platos típicos en las orillas de las vías u ofrecen artículos exclusivos por esa fiesta, hasta el dueño de una hostería, de un hotel, de un balneario, cifran sus esperanzas para reactivarse económicamente.
Por aquellos y otros tantos motivos, las autoridades correspondientes deben garantizar la seguridad. Los Ministerios encargados de este particular, seguramente ya tienen diseñados sus planes de contingencia.
La labor de la Policía Nacional y del Ejército será, como en otras ocasiones, clave para conseguir ese objetivo.
La extrema vigilancia deberá enfocarse con mayor en la Costa, a cuyas playas suelen acudir cientos de miles de turistas, incluyendo los de la Sierra.
Es por demás conocida la inseguridad en ese lado del país. En las provincias serranas y orientales también acecha la ola delictiva, aunque con menor contundencia y violencia.
Posiblemente muchos turistas se abstengan de ir a las playas; ni siquiera a salir de sus lugares de origen. Esa una realidad, de alguna forma dura, triste, pero realidad al fin.
Paralela a esa realidad, asoma otra, también contundente: el invierno, cuya fuerza ha dañado severamente el sistema vial del país. Es constante el peligro por derrumbes, deslizamientos, socavamientos, crecida de los ríos y hasta las primeras inundaciones.
Tener vías en esas condiciones ahuyentará el turismo. En muchos casos las intervenciones, ya sean del Ministerio de Transporte y Obras Públicas o de los GAD Provinciales y Municipales, no garantizan la rehabilitación total o cuando menos consistente como para garantizar el normal flujo vehicular.
El trabajo interinstitucional, el aporte económico del Gobierno, probablemente hasta la declaratoria de emergencia, coadyuvarán para tener vías expeditas.
