
Guillermo B. Vélez F.
Inclinado con mucha reverencia, irá, tristeza y civismo, hoy es propicio traer a la memoria unas cuantas líneas de mi obra “ El conflicto y la paz de un combatiente” , compendio escrito años atrás y en el que diagnostico con mucha precisión el camino personal y colectivo que se debe seguir para fortalecer y vivir en Paz y en armonía consigo mismo, con la sociedad y con el entorno natural en el que nos desenvolvemos, en sus líneas subrayo que el norte verdadero y la mejor ruta que las personas debemos seguir debe estar enmarcado en la práctica ética y moral de todas nuestras acciones, por lo tanto estoy muy seguro que si todos los ciudadanos practicáramos una verdadera cultura de paz nuestra sociedad se rediccionaría por la ruta de su desarrollo armónico e íntegral, pero si a diario continuamos viviendo la cultura de la violencia y del atropello hacia lo legal y lo moral, penosamente nuestra sociedad seguirá transitando por el fangoso y penoso camino del subdesarrollo, situación en la que hoy por desgracia aún estamos sumergidos.
Hoy como ayer muchos nos seguimos preguntando: ¿Cuándo tomaremos el camino integral del desarrollo? la respuesta es muy simple, saldremos cuando eduquemos e inculquemos desde el seno de la Familia y a tierna edad a todos nuestros hijos la recta práctica de todas las virtudes y principios éticos y morales, solo así estaríamos sembrando a corto o a mediano plazo una sociedad blindada contra todas estas asimétricas y complejas amenazas que hoy más que ayer continúan contaminando, asesinando y destruyendo a las personas y a la sociedad que de una u otra manera sí cumple con sus deberes; hoy mismo la Patria enfrenta una guerra irregular donde la narco-guerrilla, la minería ilegal, las distintas mafias y el crimen organizado nacional e internacional intentan a como dé lugar seguir rompiendo las estructuras del Estado ecuatoriano, sin embargo ante estos hechos el heroísmo y la sangre de nuestros dignos soldados que días atrás entregaron sus vidas en el “Alto Punino” debe servir como ejemplo para que todos entendamos que la cultura de la Paz deba estar siempre sobre todo tipo de violencia, ya es hora de que entendamos que jamás hubo, ni habrá guerras buenas y que jamás hubo ni habrá paces malas. (O)