El Paro Indígena en Cañar, no mide consecuencias

Gerardo Maldonado Zeas

La norma NTE INEN 1533 “PREVENCION DE INCENDIOS REQUISITOS PARA EL TRANSPORTE DE GAS LICUADO DE PETROLEO GLP EN VEHICULOS CISTERNA (TANQUEROS)” en el apartado Protección contra incendios indica: “Si durante el trayecto, por cualquier motivo, fuera necesario estacionar el vehículo-cisterna, esta maniobra debe efectuarse en un lugar NO POBLADO y/o AUTORIZADO” por períodos cortos, en cumplimiento de los requisitos de protección integral a los moradores y bienes materiales del lugar.

Es inaudito, que a pesar de las explicaciones sobre el peligro inminente argumentado por los gobernadores de Azuay y Cañar en conjunto con las fuerzas armadas y  bomberos, buscando el diálogo y evitando el uso de la fuerza, en zonas pobladas del cantón Suscal, estén retenidas desde la noche del lunes pasado tres cisternas de la CEM Austrogas con aproximadamente 66.000 kg de gas licuado de petróleo (GLP), en un acto que configura un secuestro de bienes públicos y un macro atentado a la seguridad, provocado por manifestantes del sector. 

Cuando este artículo se publique, esperaríamos que las cisternas estén liberadas y hayan seguido su recorrido normal hasta la planta de la CEM Austrogas en Challuabamba; no obstante, aun si esto no ocurriese, es necesario explicar la peligrosidad de mantener el GLP en este tipo de tanques por periodos largos, ya que por el estacionamiento prolongado de los vehículos, el gas concentrado busca encontrar una salida al ambiente, para lo cual es necesario activar adecuadamente las válvulas de alivio con técnicos conocedores de la materia, tal como ocurre en las plantas envasadoras de gas.

Es menester desarrollar esta narrativa, para entender la razón matemática de los “cada tres años”. Me refiero a los paros de 2019, 2022 y este de 2025, en los cuales la mecánica es la misma: bloquear las vías para que alimentos y productos de uso indispensable para los ciudadanos, los servicios de ambulancias, transporte de oxígeno para enfermos, logística de medicinas, y transporte público, estén detenidos por grupos beligerantes agresivos, mezclados con varios actores políticos e infiltrados terroristas.

En 2022, recuerdo, quedaron atrapadas seis cisternas con GLP en la zona de Ducur, debiendo intervenir las fuerzas del orden para liberarlas luego de 10 días de zozobra vividas por los propios vecinos y comuneros de la zona. Los malos dirigentes de las poblaciones indígenas no han aprendido nada de los peligros que representan estos actos.

La explosión de un tanque con 22.000 kg de GLP generaría una onda expansiva entre 1 y 2 kilómetros a la redonda con incalculables pérdidas humanas y materiales. Es necesario hacer un llamado de socorro a los dirigentes del paro, para terminar con estos atentados contra la seguridad de la población.

Para concluir esta opinión, no puedo olvidar la amenaza apocalíptica de un individuo tapado el rostro habitante de esta zona, quien suelto de huesos dijo que no habrá dotación de alimentos “para los de la ciudad” por lo cual moriríamos de hambre. Es inentendible esta declaración de terror; más difícil comprender, cómo hay gente aparentemente bien formada, incluidos académicos, que apoyan radicalmente este tipo de locuras. (O)

Econ. Gerardo Maldonado

Economista, abogado. Posgrado en Finanzas y Proyectos INCAE Bussiness School. Máster en Administración en Tecnológico de Monterrey. Actualmente cursa una maestría en Derecho de Empresas. Poeta y escritor.

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