La tradicional Romería Atlética a la Virgen de la Nube, que partirá desde Cuenca este 1 de enero de 2026, se encamina a vivir una de sus ediciones más concurridas. A pocas semanas del evento, la organización ya registra cerca de 160 inscritos. Esta cifra llena de optimismo a su fundador y principal impulsor, Sebastián Cajamarca, quien sueña con alcanzar los 250 participantes.
“Estoy contento y emocionado porque la acogida ha sido buena. El objetivo siempre fue llegar a 250 participantes y parece que estamos cerca”, comentó el organizador, recordando que en sus inicios, allá por 1987, apenas participaban entre dos y cuatro personas. Con el paso de los años, la romería fue creciendo de manera sostenida. Actualmente, llega a bordear los 180 corredores en ediciones recientes.
La edición de 2026 será especial, marcará 38 años ininterrumpidos de esta manifestación deportiva y de fe. Ni siquiera el accidente que dejó con discapacidad a su fundador en 2017 logró frenar la tradición. “A pesar de todo, nunca dejé de hacerlo”, resaltó con orgullo.
Recorrido de fe y resistencia
La romería partirá desde el redondel de la Clínica España, junto al sector del Terminal Terrestre. Desde allí descenderá hasta Milchichig por la avenida Gil Ramírez Dávalos. El trayecto incluye sectores como el redondel de La Familia, El Descanso, Chuquipata y Charasol. Finalmente, culminará en el sector donde se ubica Cuchilandia, completando un exigente recorrido de 28 kilómetros.
Al llegar a la meta, los participantes reciben algo más que el logro deportivo: abrazos, felicitaciones, un caldo de pollo y una medalla conmemorativa. Esto es posible gracias al apoyo solidario de Silvia Merchán. Posteriormente, muchos continúan caminando hasta el santuario para visitar y agradecer a la Virgen de la Nube.
Historias que dejan huella
A lo largo de casi cuatro décadas, la romería ha sido testigo del paso de grandes atletas. Entre los recuerdos más emotivos está la participación de Rolando Saquipay, cuando aún no era una figura reconocida del atletismo. “Cuando luego fue a los Olímpicos, me emocionaba como si fuera un hijo o un hermano”, relató.
Más allá de marcas o podios, el espíritu del evento se mantiene intacto. “Esto no es solo para atletas élite; es por fe, por tradición y por gusto”, enfatizó Sebastián.
Con inscripciones aún abiertas y un ambiente de creciente expectativa, la Romería Atlética a la Virgen de la Nube se prepara para escribir una nueva página de fe, esfuerzo y perseverancia. Este evento marca el inicio del 2026. (D)
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