El museo de sitio Manuel Agustín Landívar, administrado por la Casa de la Cultura, como se denomina a las ruinas del antiguo molino de Todos Santos, el primero que construyeron los españoles en la ciudad, atiende parcialmente, pero sólo las salas de exposición.
Aquí se puede observar piezas arqueológicas de piedra y cerámica, de procedencia cañari e inca, entre ellos botellas dobles, recipientes de barro, vasijas, botellas, hachas, algunos procedentes de Tacalshapa y Cashaloma, que alcanzaron desarrollo en la cerámica.
El museo de sitio reúne en un solo lugar muestras de las culturas cañari, inca y española. Sin embargo está restringido el acceso ya que no existe personal técnico y administrativo calificado por su formación académica para hacerse cargo de un sitio patrimonial.
Como tal, no es un parque público ni temático y debe resguardarse su conservación, señala Martín Sánchez, director de la Casa de la Cultura del Azuay. El área del museo de sitio atiende hasta las 16:00 horas.
Además, el espacio requiere una intervención en las caminerías y estabilización de algunos puntos. (AVB)-(I)
DETALLE
Además de la arqueología, fotografías de la época ilustran cómo se descubrió las ruinas.