Mientras los jugadores de los 49ers de San Francisco y los Chiefs de Kansas City se preparan para disputar el domingo la final de la Liga Nacional de Fútbol (NFL) americano, los residentes y visitantes de Miami (Florida) ya disfrutan de los eventos y extravagancias alrededor de este evento.
Y es que a pesar de las investigaciones científicas que advierten de posibles daños cerebrales que a la larga pueden sufrir los jugadores, en EEUU no hay fiesta deportiva más grande que el Super Bowl, cuya 54 edición se disputará en el Hard Rock Stadium de Miami Gardens, y alrededor de ella hay conciertos, actividades filantrópicas, de moda y hasta de bienes raíces, que atraen a no pocas celebridades.
Si bien el domingo la mirada estará puesta en Jennifer López y Shakira, responsables del emblemático espectáculo del entretiempo (uno de los eventos televisivos con más espectadores), ya desde el viernes y a lo largo de este sábado se habrán realizado por lo menos unas 50 actividades protagonizadas por figuras populares.
Como por ejemplo la fiesta benéfica encabezada por los protagonistas de la serie «Breaking Bad», Bryan Cranston y Aaron Paul, y el director Michael Bay, al que se suma el concierto privado que hoy dará Lady Gaga, y los festivales en el American Airlines Arena, encabezado por el grupo Maroon 5, y en el Marlin Stadium, con Cardi B. y Chris Brown a la cabeza.
El aeropuerto ejecutivo de Opa-Locka espera que para el domingo al mediodía hayan aterrizado en su pista más de 1.500 aviones privados, un número similar al de yates que han comenzado a anclar en las múltiples marinas de la ciudad.
En la de Watson Island, la que tiene capacidad para las embarcaciones más grandes, impresionan el «Aquila», propiedad de Stan Kroenke, el dueño del equipo de fútbol americano Los Angeles Ram, el «Eugenia», de Jerry Jones, dueño de los Dallas Cowboys, de 357 pies de eslora.
María La Rosa, quien se especializa en vender propiedades a extranjeros en el sur de Florida, indicó a Efe que nunca en sus ocho años de carrera ha enseñado tantas casas y departamentos de entre 10 y 22 millones de dólares de precio.
“Mucha gente ha aprovechado para explorar la posibilidad de comprar, o soñar con comprarse algo acá, especialmente frente al mar”, dijo.
En cuanto a medidas de seguridad, a diferencia de otros eventos de esta magnitud, la preocupación no está solo en prevenir posibles ataques terroristas sino también en el nuevo coronavirus que se ha originado en la provincia china de Wuhan y que en Estados Unidos ya se registran ocho casos, el último en una persona de la ciudad Boston dado a conocer hoy.
Además de verse en la ciudad a personas con máscaras en la cara, el Hard Rock Stadium, con capacidad para 65.000 personas, ya alista grandes dotaciones de desinfectante y gel antibacterial.
Las autoridades aeronáuticas cerrarán el espacio aéreo sobre el estadio y tendrán helicópteros militares patrullando el área. El público asistente será revisado con cámaras infrarrojas, conectadas con sistemas de reconocimiento facial.
Las medidas de seguridad se han extremado también a Star Island, en Miami Beach, donde hoy habrá una gala de caridad en una mansión de 65 millones de dólares y que incluye la subasta de un Lamborghini que empezará la sesión con 275.000 dólares.
En Fisher Island, una isla artificial que en 2015 concentró el ingreso per cápita más alto del país, se ha dispuesto una pantalla gigante que transmitirá el partido y está pensada para los yates anclados en la marina.
Aun hasta hoy hay posibilidad de comprar entradas a precios que oscilan entre los 5.000 y 64.000 dólares, dependiendo de la ubicación.
También es posible comprar el paquete de 1,1 millones de dólares, y que está casi agotado, que vende el centro nocturno E11 y que incluye 11 asientos premium en el estadio, 11 habitaciones en el exclusivo hotel Gabriel y una mesa VIP en el nightclub. EFE