Al menos 19 civiles murieron este martes en ataques aéreos y de artillería del Ejército sirio contra diferentes puntos de la provincia de Idlib, último bastión de la oposición en el noroeste del país y donde las tropas gubernamentales han intensificado su ofensiva en las pasadas semanas.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos detalló que tres maestros y una estudiante murieron al impactar varios proyectiles contra escuelas de la ciudad de Idlib, capital de la provincia homónima en el noroeste de Siria.
Además, dos ciudadanos perdieron la vida en bombardeos contra barrios residenciales en la urbe, según la ONG, con sede en Reino Unido pero un amplia red de colaboradores sobre el terreno.
Otras diez personas, entre ellas seis niños, perecieron en bombardeos de la aviación contra la localidad de Maarat Misrin.
El Observatorio agregó que también fallecieron «una mujer, una madre y su niño en ataques de aviones de guerra» contra la población de Binish.
Además, advirtió de que la cifra de víctimas mortales puede aumentar debido a que hay decenas de heridos, entre ellos algunos en estado grave.
Las tropas sirias llevan a cabo desde abril de 2019 una ofensiva para recuperar el control de Idlib, prácticamente dominada por el Organismo de Liberación del Levante, alianza islamista en la que está incluida la exfilial siria de Al Qaeda.
La violencia se ha intensificado en las pasadas semanas y se han producido choques directos entre las tropas sirias y las turcas, desplegadas en suelo sirio para supervisar la implementación de un acuerdo adoptado en 2018 con Rusia para establecer una zona desmilitarizada en torno a Idlib, que prácticamente ha colapsado.
Turquía es valedora de los grupos armados opositores, mientras que Rusia apoya al Gobierno de Damasco y participa en el conflicto con asesores militares, tropas y aviones de guerra.
Desde diciembre, los ataques y combates han llevado a 900.000 personas a abandonar sus hogares, en la peor ola de desplazamientos desde el inicio de la guerra en Siria en 2011, según la ONU. EFE