Las epidemias han sido motivo para la creación de grandes obras del arte como “El Decamerón”. En el siglo XIV, Europa padeció la “muerte negra” (peste bubónica, causada por la picadura de las pulgas de las ratas); y, en la ciudad italiana de Florencia murieron dos tercios de sus habitantes. Escrita entre los años 1351 y 1353 por el escritor Giovanni Bocaccio, está considerada como una de las obras cumbres de la literatura.
Cuenta la obra que para huir de la peste, diez jóvenes, siete hombres y tres mujeres, escapan de la ciudad y se recluyen en el campo durante diez días; para pasar mejor el tiempo, los jóvenes acuerdan un juego: cada uno de ellos será rey por un día y el rey propondría contar cuentos sobre un tema determinado. Son pues, diez narraciones por día para un total de cien, diez por “jornada”.
Un erotismo descarnado y también picaresco, en el que sus personajes son sacerdotes, monjas, penitentes, atractivos mozos y mozas que recurren a su ingenio para propiciar sus encuentros y su amor, son algunos de los temas planteados en “El Decamerón”, siempre en un lenguaje provocador.
Las aventuras y valentía de los personajes, los desamores, las traiciones, pero también la tragedia y el dolor en las primeras “jornadas”, son las características de estas narraciones, escritas en medio de los años de la peste. No faltan mensajes humanistas, de trascendencia del hombre y finales felices. (AVB)-(I)