EDITORIAL │
Las medidas económicas anunciadas por el Presidente de la República, la semana pasada, produjeron una serie de reacciones, en su mayoría adversas, de parte de los sectores sociales, sobre todo empleados y trabajadores, cuyos colectivos consideran que se les estaría sacrificando al recortarles sus remuneraciones hasta en un 16 por ciento, a pretexto de la reducción de la jornada laboral. Por otra parte, algunos analistas, consideran a esta medida como un impuesto disfrazado, que sustituye a la propuesta oficial de la “contribución humanitaria” de parte de empleados y trabajadores del país.
El Ejecutivo, de otra parte, en su afán por reducir el gasto del Estado, suprimió una serie de empresa públicas y entidades estatales, que representarían un ahorro para el crítico nivel de recursos con que cuenta ahora el país, lo que significa entre otras consecuencias el despido de centenares de empleados de estas áreas. La liquidación de la empresa aérea TAME, siendo necesaria porque por años venía trabajando con millonarias pérdidas para el Estado, su desaparición deja en la incógnita los servicios aéreos que esta empresa ha venido prestando a sectores de la Amazonía y Esmeraldas, como un aporte a su población. Se anuncia la continuación de estos servicios con otras modalidades. Es de esperar que así sea.
El inicio de la eliminación de los subsidios a los combustibles, fue decidido paralelamente a las anteriores medidas, internacionalizando los precios de gasolinas y más derivados del petróleo, y ofreciendo una banda móvil en los precios de estos conforme la cotización del crudo en los mercados internacionales, mecanismo que no acaba de convencer a la ciudadanía, ya que entraña una serie de problemas a resolver, como la focalización de un subsidio al transporte público, pesca artesanal y otras áreas que requieren de este aporte.
En definitiva, las decisiones oficiales en esta materia, reflejan la desesperación del Gobierno por ahorrar recursos, los cuales necesita urgentemente, y también para ofrecer un panorama de la economía nacional algo más atractivo a los organismos crediticios.