OPINIÓN│
Se mantiene hasta el momento el siete de febrero entrante para elegir las funciones Ejecutiva y Legislativa, afirmó la titular del Consejo Nacional Electoral, Diana Atamaint. Confía superar las restricciones de movilidad impuestas por la pandemia; caso contrario busca alternativas como prolongar algunas jornadas el proceso; votar telemáticamente o en forma mixta.
Más allá de cambiar nombres a través de las urnas, ¿mejorarán las actuales circunstancias sociales y económicas? Acorde al axioma de que cada pueblo tiene el gobierno que se merece, ¿escogeremos nuevamente un régimen que proporcione estabilidad, como los diez años ininterrumpidos de la revolución ciudadana, cuya continuidad se suponía con Moreno, quien renegó de la misma volcándose hacia la derecha. Parecía que eso buscaba el pueblo al darle un año después en la consulta el 67 % de respaldo, basado en lo cual el mandatario quiso borrar al correísmo, sin conseguirlo.
Fue un espejismo pues desde entonces comienza el descenso, hasta ubicarse ahora en menos del 20 % con tendencia a la baja, tras las drásticas medidas tomadas la semana pasada, producto de una jugada entre Ejecutivo-Legislativo, para excluir las empresas de la contribución solidaria, imponiéndola únicamente a los trabajadores públicos y la clase media al liberar el precio de los combustibles.
Durante los 41 años de retorno a la democracia hemos ensayado de todo, ideológica y programáticamente: neoliberalismo, centrismo, socialismo, populismo, con 16 ocupantes de Carondelet. ¿Hacia cuál se inclinarán en febrero los votantes? Alguna pista mostró el sufragio seccional dándole al PSC 54 alcaldías y 7 prefecturas. No le alcanzará sin embargo en contienda nacional, como lo demostraron las tres anteriores con Jaime Nebot al frente, lo cual le obligará a buscar alianzas. (O)
