Salvando vidas, así celebraron su día clásico los paramédicos de Cuenca, quienes han jugado un papel preponderante en la lucha contra el coronavirus, ya que son los encargados del primer contacto entre los pacientes críticos y el hospital.
Ataviado con un traje de protección y un equipo de reanimación en la ambulancia, listo para brindar primeros auxilios a cualquier víctima, Ismael Torres indica que si bien estos últimos meses no han sido fáciles, su vocación de servicio puede más que el miedo.
Juan Morales, quien es encargado de la Unidad de Transporte Medicalizado del IESS, indica que han contado con el apoyo y equipos necesarios para hacer su trabajo.
Pero esto no significa que su sacrificio sea menor, al igual que el cuerpo médico, varios paramédicos se aislaron voluntariamente de sus familias durante los primeros meses de la emergencia sanitaria, esto para evitar posibles contagios a sus seres queridos.
Muchos paramédicos del sector público y privado celebraron lejos de su familia cumpleaños, el Día de la Madre y hasta el nacimiento de un hijo para enfrentar a la pandemia.
Ismael comenta que esta profesión les ha dejado momentos tan duros como ver la muerte de frente, así como instantes que se quedan en la memoria, como cuando se logra rescatar a un paciente.
“Uno se queda con la sonrisa de las familias de los pacientes cuando se logra rescatar a alguien, y eso es lo que más nos llena” afirma el paramédico.
Su día especial no tuvo fiesta ni celebración oficial, algunos de ellos comentan que es la primera vez que alguien toma en cuenta su trabajo.
Sin embargo, su vocación de servicio hace que, sin buscar recompensa, entreguen a diario sus vidas por las de lo demás. (JMM) (I)
