EDITORIAL|
El presidente Lenín Moreno señaló el último fin de semana que ha solicitado acercamientos con algunas naciones del Pacífico para buscar una postura regional frente a la amenaza de las flotas pesqueras internacionales. Obviamente se refiere a la gigantesca flota pesquera china que en estos días se encuentra en las inmediaciones de aguas ecuatorianas en la zona de Galápagos. Esta flota pesquera- una de las más grandes del mundo- está acusada por distintos países por su labor depredadora. Sus barcos no discriminan la riqueza marina y por igual recogen todo lo que cae en sus redes, con lo cual acaban con especies que están protegidas.
La Zona Económica Exclusiva alrededor de la Reserva Marina de Galápagos, como bien señaló el presidente Moreno “no solo es una de las áreas más ricas de pesca, sino que es un semillero de vida, no sólo para Ecuador sino para el planeta entero”. Esa riqueza, en realidad debería ser cuidada por todos los países pues es parte del patrimonio universal, no es entendida así por estas gigantescas flotas pesqueras que arrasan con todo lo que encuentran en aguas internacionales. Es un nuevo tipo de imperialismo que con otro color político-el rojo- avasalla a los países, depredando la riqueza de sus mares y de su subsuelo.
Las declaraciones de autoridades nacionales indicando que se defenderá las aguas nacionales y que ningún barco chino ha ingresado a la zona de exclusiva, no son suficientes. ¡No faltaría más que se deje pescar en aguas territoriales! El país debe acelerar todos los mecanismos diplomáticos para lograr con otros países de la región un mecanismo de defensa de estas aguas. Pese la depredación gigantesca que realizan estas flotas -especialmente la china- todavía estamos a tiempo para preservar esa riqueza marítima. Pero ese tiempo está acabándose. De manera que es ahora cuando hay que defender al país que ha caído en las manos de otros imperialismos en los últimos años.