OPINIÓN|
Organizar las próximas elecciones en Ecuador implica grandes desafíos y dificultades jurídicas, políticas y técnicas, como: la baja participación electoral, poca transparencia en el uso de dinero que financia la política, dificultad para vigilar el cumplimiento de los mecanismos de democracia interna, cumplimiento de la paridad de género en las listas electorales, confianza en la implementación de nueva tecnología electoral, nuevos mecanismos para garantizar la integridad y la transparencia.
A la fecha tenemos 16 binomios presidenciales, lo que se esperaba es que demuestren pluralismo ideológico y diversidad programática característica fundamental en un régimen democrático que busca alternar el poder; sin embargo, más allá del discurso de polarización lo que vemos es una fragmentación total, sin posibilidad de consenso; será una campaña electoral difícil y atípica; como acercarse al elector en época de distanciamiento social, será el gran reto. Existe preocupación por la dificultad que tendrán las organizaciones de la sociedad civil para cumplir su rol ciudadano de vigilancia por el fiel cumplimiento de los preceptos constitucionales y electorales. (O)