OPINIÓN|
En 1286, el rey escocés Alejandro III murió al precipitarse su caballo por un acantilado, sucediéndole su nieta Margarita que, al navegar de Noruega hacia Escocia para asumir el trono, murió, dejando nuevamente sin rey a esa nación.
Como catorce casas nobles se disputaban el derecho al trono, el rey inglés Eduardo “Piernas Largas” (llamado así por su gran estatura), que estaba ansioso de hacerse con territorios escoceses, intervino ayudando a elegir al nuevo monarca. Pensaba utilizar a los escoceses para pelear contra Francia, pero se le adelantaron firmando un acuerdo con los franceses. Enfurecido, les declaró la guerra capturando al rey escocés y así Escocia pasó a ser inglesa. Entretanto, un grupo de nobles entre los cuales estaba Robert de Bruce, se rebeló contra el dominio inglés, mientras que en los bosques se formaba un grupo de insurgentes comandado por William Wallace. La batalla de Stirling fue una demoledora victoria de los escoceses contra los ingleses, luego de la cual Wallace fue nombrado protector de Escocia. Obtuvo más victorias que enardecieron a Piernas Largas el qué, firmando un tratado de paz con Francia, ordenó que todo su ejército en suelo francés regresara a su país para atacar a los rebeldes escoceses. Así que, ciego de ira, fue a darle caza a Wallace en la batalla de Falkirk. Según la leyenda, William había dicho a sus hombres: “Os he traído al ruedo, bailad lo mejor que podáis”. Pero cometió el error de ceder la iniciativa a los ingleses que, con sus flechas, aniquilaron a los lanceros hasta que los pocos que quedaban, huyeron. William murió decapitado por traición al rey.
Pero esa no fue la verdadera historia de Corazón Valiente. El héroe fue Robert de Bruce que, tras la muerte de Wallace, decide seguir con la rebelión derrotando al rey inglés, dejando una Escocia libre. Antes de morir le pide a su amigo Douglas que tras su muerte, lleve su corazón a Tierra Santa para que sus pecados sean perdonados. Por ese tiempo las cruzadas ya habían empezado y Douglas murió en una de ellas. El corazón de Bruce fue devuelto a Escocia y sepultado en la abadía de Melrose, bajo una placa que dice: “Un corazón noble no puede estar en paz, si carece de libertad”.
A Mel Gibson le pareció más vendible la leyenda, que la verdadera historia… (O)