OPINIÓN|
A propósito de la autorización para que en Cuenca se realice la consulta popular sobre la extracción minera en sus zonas hídricas, quisiera mencionar que, según mi criterio, los beneficios de la minería industrial son, en primer lugar, para las empresas mineras, lo cual es comprensible pues están haciendo lo que es su actividad y negocio, y en segundo lugar para los pillos y ladrones que están en este y en los futuros gobiernos. Es una mentira que el dinero proveniente de la actividad minera a gran escala será para beneficio de los ecuatorianos y del Estado. Ahora ya no pueden engañarnos con el cuento de que el dinero proveniente de los recursos naturales será para beneficio de todos. Para ejemplo allí está cómo se sigue descubriendo la infinidad de robos en relación con la extracción y comercialización del petróleo.
Los voceros de las industrias y empresas mineras atacan de manera furibunda la decisión de la Corte Constitucional y pretenden negar el derecho de la ciudad a decidir sobre su futuro en relación con la calidad del agua que se utilizará para el consumo humano y más actividades relacionadas. Por mandato de la Ley el alcalde y el municipio son responsables de la conservación, recuperación y protección de las fuentes de agua, del manejo de los páramos –en donde se originan los ríos que proveen de agua a la ciudad- así como la administración y el uso de las fuentes de agua que estén en la comarca (Ley de Recursos Hídricos).
Digan lo que digan los empresarios mineros y sus adláteres, entre los cuales por desgracia hay muchos funcionarios públicos, consecuentes a los intereses económicos que podrían obtener y no a los de los ciudadanos, Señor Alcalde, siga usted adelante en la defensa de nuestros recursos hídricos pues de ellos depende el bienestar actual y futuro de los habitantes de Cuenca. (O)