El oncólogo suizo Franco Cavalli, presidente de esta ONG que colabora con distintos proyectos relacionados con el sistema de salud y la investigación biomédica en el país caribeño, culminó este viernes una visita en la que conoció de cerca los avances en la búsqueda de una vacuna efectiva contra el Sars-CoV-2.
Cavalli explicó en rueda de prensa que el objetivo de su viaje fue avalar la posible aportación de unos 300.000 euros (unos 350.000 dólares) para la compra de equipos de medición en sangre de los efectos de la vacuna, unos aparatos a los que Cuba tiene problemas de acceso debido al embargo de Estados Unidos.
Los equipos, denominados citofluorímetros, permiten determinar cómo se distribuyen las diferentes familias de linfocitos en el organismo tras el suministro del candidato vacunal cubano.
Cuba cuenta, según datos oficiales, con al menos cuatro proyectos de vacuna contra el coronavirus, de los que el más avanzado es el denominado «Soberana 01», en fase II de ensayos clínicos, aunque este mes inició también en adultos la fase I para «Soberana 02», igualmente investigada en el Instituto Finlay.
En las pruebas de «Soberana 01» participan más de 700 voluntarios, y el proceso avanza por el momento sin incidentes y con resultados «alentadores», según sus responsables.
La organización Medicuba europa ya aportó otros 300.000 euros en los últimos meses para respaldar al sistema cubano de salud durante la pandemia, indicó Cavalli, quien precisó que una parte de esos fondos se destinó a la compra de materiales para desarrollar ventiladores médicos de fabricación nacional.
El oncólogo se mostró «muy optimista sobre las posibilidades reales de las vacunas cubanas de ser un arma eficaz para el enfrentamiento global a la covid-19» y destacó que hasta ahora los ensayos clínicos han sido «positivos» y con «muy buena base científica».
También consideró que por sus características, los candidatos vacunales cubanos podrían ser una alternativa para los países con menos posibilidades de adaptarse a los requerimientos logísticos de otras vacunas en desarrollo, como el mantenimiento de la cadena de frío a temperaturas extremadamente bajas.
A diferencia de otros proyectos internacionales más avanzados, creados a partir de vectores adenovirales o virus inactivados, la cubana «Soberana 01» se basa en una proteína recombinante, aunque no se han divulgado muchos más detalles científicos sobre su mecanismo de acción.
Según Cavalli, las vacunas de los dos primeros tipos son «mucho más frágiles» a la hora de ser manipuladas para su transporte y suministro.
El médico suizo destacó asimismo que durante su estancia en La Habana se reunió con representantes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el país, quienes le confirmaron la veracidad de los datos oficiales de las autoridades cubanas respecto al desarrollo de la pandemia.
«Muchos medios de comunicación o Gobiernos europeos desconfían de los datos cubanos porque creen que son tan buenos que no pueden ser realidad», indicó Cavalli.
Cuba, que acumula desde mediados de marzo 7.541 contagios de coronavirus y 131 fallecimientos a causa de la covid-19, ha basado su estrategia epidemiológica en una política estricta de aislamiento obligatorio y tratamiento temprano de todos los casos confirmados de Sars-CoV-2 y de sus contactos.
La isla declaró la enfermedad controlada en julio pasado pero desde agosto y hasta la fecha registró rebrotes en varias provincias del centro y occidente, entre ellas La Habana.
El resto del país transita por la llamada «nueva normalidad», fase a la que se espera que la capital se incorpore en breve, tras controlar la segunda ola de la enfermedad. EFE