La suspensión de la vacuna de AstraZeneca por parte de una quincena de países europeos pone de manifiesto la brecha entre el planteamiento del principio de precaución y la urgencia de desplegar estrategias para combatir el virus. Pero, la vacuna sigue siendo la única solución para superar esta pandemia.
El éxito de una campaña de vacunación depende tanto de la eficacia de la vacuna como de la confianza que inspira. En cuanto a AstraZeneca, la segunda condición se vio seriamente afectada. La aparición de trombosis en una treintena de pacientes tras una inyección de la vacuna desarrollada por el laboratorio anglo-sueco arroja dudas sobre su seguridad.
A la espera de nuevos datos, los pocos casos de trombosis deben compararse con los 17 millones de personas que han recibido al menos una inyección de AstraZeneca. El riesgo de morir de Covid-19 por falta de vacunación sigue siendo inconmensurable con el de manifestar tales efectos adversos después de una inyección. Y aquí, ¿para cuándo la vacunación masiva? (O)
