«Ángeles» anónimos, una esperanza para los venezolanos con covid-19

Omer González, de 59 años, vive solo en Caracas y hace más de un mes se contagió de covid-19, pero para entonces él no era consciente. Su vida fue salvada por un grupo de paramédicos voluntarios que dejaron de atender accidentes viales para prestar ayuda a pacientes con esta enfermedad en medio del colapso hospitalario.

Se les conoce como Ángeles de las Vías; son 25 voluntarios de distintas profesiones, incluidos médicos y enfermeros, que en los últimos dos meses se han dedicado a prestar apoyo a las personas de bajos recursos o que se encuentran solas en el país y que presentan síntomas de covid-19, cuyos casos se vienen incrementando desde finales de febrero.

Este aumento de contagios ha provocado el desbordamiento de la capacidad de atención en los hospitales y clínicas de Caracas y por ello miles de pacientes han tenido que atenderse en casa, aunque también lo han hecho por el temor a fallecer en un centro médico y no volver a ver a sus familiares.

El sistema de salud venezolano no solamente está al tope de su capacidad por los contagios de covid-19, sino que enfrenta desde hace años una severa crisis por escasez de material, medicamentos y personal. La debilidad del sistema sanitario es palpable cuando los médicos les piden a sus pacientes ellos consigan los insumos para que puedan ser atendidos.

Por esta situación, los Ángeles de las Vías decidieron dar un golpe de timón y prestar atención a quienes lo necesiten en sus hogares, siempre que las condiciones o síntomas así lo permitan.

Pero también lo hicieron como una forma de «descargar un poco» el sistema de salud, explicó a EFE el presidente de la ONG, Jonathan Quantip, quien señaló que, al igual que los hospitales, ellos también colapsaron y sus canales de atención se desbordaron.

«Se me parte el alma (…) pero se nos desbordaron las redes sociales, el teléfono no paraba de sonar y no teníamos capacidad o sea tú no sabes cuántas veces le teníamos que decir a la gente: mira, no puedo, no podemos atenderlos porque es que no tenemos capacidad», aseguró Quantip.

La situación, ahora, es manejable. Los llamados a los paramédicos han disminuido, pese a que la cifra de contagios diarios sigue cerca de los 1.000, según datos oficiales.

«La realidad es que ha disminuido un poquito estas últimas dos semanas, hemos atendido pacientes sobre todo poscovid con complicaciones», agregó.

UN TUIT PARA SALVAR UNA VIDA

Y uno de esos pacientes es el señor Omer, quien llegó a ser atendido por estos «ángeles» luego de que su hija María Gabriela, residente en Chile, publicara un mensaje en Twitter pidiendo ayuda para su padre, quien, se encontraba solo y sin apoyo en Caracas.

«Mi papá está solo en Caracas y tiene covid, si alguien conoce de algún doctor que vaya a domicilio y pueda verlo, se lo agradezco. Mi hermana y yo actualmente estamos en Chile y no conocemos a nadie en la capital que pueda ayudarnos a buscarle la atención que necesita», reza el tuit que compartió María Gabriela el 28 de marzo.

El mensaje se hizo viral; a María Gabriela que, como explicó en el tuit, no conocía a nadie en Caracas por ser natural del oriente del país, comenzaron a llegarle nombres y números de teléfono de centros de salud, laboratorios y ONG, entre ellas, Ángeles de las Vías.

En medio de la desesperación y el estrés, los contactó e inmediatamente los paramédicos emprendieron su labor. El padre de María Gabriela ya estaba complicado, tenía alucinaciones por la fiebre y una saturación de oxígeno que llegó a estar en 74 % -el porcentaje normal debe ser superior a 95-, según relató.

El propio señor Omer reconoce que hay episodios que no recuerda. Estuvo más de diez días con un concentrador de oxígeno y durante ese tiempo, los paramédicos se encargaron de realizar exámenes, llevarlo a laboratorios y de suministrarle, todos los días, sus medicamentos. Hoy se siente mejor, con ánimo y, además, tiene un profundo agradecimiento con los «ángeles» y quienes le ayudaron.

«Ellos se han convertido para mí como en mi familia, yo les debo la vida de mi papá (…) yo lo único que costeé fue el tema del pago de los exámenes y el tratamiento», dijo María Gabriela a Efe.

El equipo de paramédicos prestó durante marzo 51 atenciones en hogares, y hasta el 22 de abril llevaban 156.

Pese a que los llamados para atenciones en casa han disminuido, aún continúan recibiendo solicitudes de personas contagiadas de covid-19, especialmente en sectores populares donde muchas tienen que recurrir a ayudas de vecinos, trabajos o familiares para poder costear los medicamentos, los cuales pueden llegar a costar 100 veces más del valor del salario mínimo (66 centavos dólar, según el cambio oficial). EFE

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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