Pese a que la penalización ahora es más dura, el lucrativo negocio del tráfico de personas, en nuestro medio conocido como “coyoterismo”, sigue campante.
La delincuencia que se dedica al transporte ilegal de personas por rutas clandestinas y riesgosas, a más de inhumana, se desborda de astucia. Siempre ha actuado así.
Tal como lo revela un reportaje de El Mercurio, ahora ha hecho de las redes sociales, las del TikTok y del Facebook por ejemplo, el método rápido para captar incautos a cambio de cuantiosas sumas de dinero. Estamos en la era del “cibercoyoterismo”. Qué duda cabe.
Los “coyotes” se promocionan como cualquier producto publicitario, sin siquiera importarles que sean descubiertos por la Policía y la Fiscalía.
Son parte de una intrincada red internacional de tráfico de migrantes indocumentados cuyo destino son los Estados Unidos.
El reporte da cuenta de lo que prometen a sus potenciales víctimas: desde pagos en cuotas, según el avance durante el trayecto, hasta el tiempo mínimo de llegada; sobre todo la seguridad de que llegarán al “sueño americano”.
Ansiosos por cumplir con ese sueño, decenas de habitantes de Azuay, Cañar, Loja, entre otras provincias del sur, caen en tentación. Se endeudan. Dejan padre, madre, esposa e hijos, y se arriesgan. Pero no siempre los resultados son positivos. No hay semana que no se sepa de migrantes desaparecidos, muertos, chantajeados, violados, abandonados por sus “guías” y, en el mejor de los casos, deportados.
A raíz de la pandemia, es indetenible el anhelo de llegar a EE.UU. sin los documentos en regla. Gente desesperada por su magra situación económica, lo que quiere ese irse.
Cómo explicar, que de 180 pasaportes que a diario emitía el Registro Civil del Azuay hasta antes de noviembre de 2020, ahora sean 600. Hay gente que duerme junto a esa entidad para conseguir el documento que le permita llegar a México u otro país de tránsito.
Las pesquisas oportunas permitirán desbaratar la promoción de los “coyotes” vía redes sociales. El gobierno tiene el reto de enfrentar este fenómeno social creando fuentes de trabajo.