Desde que se conoció que se construiría el proyecto del tranvía en Cuenca, se habló de una integración con el sistema del transporte público. Sin embargo, de ello han pasado ya varios años, y el trabajo en conjunto con los otros medios de transporte no se ha concretado.
Todavía se ve la falta, por un lado, de la integración física, y por el otro, de la integración tecnológica. Se decía que el vehículo tranviario se alimentaría con los buses y que solo se requeriría una tarjeta para acceder a los diversos transportes de la ciudad, pero, desde que arrancó la operación comercial en septiembre del 2020, cada institución administra por su lado.
Para el concejal Diego Morales, presidente de la Comisión de Movilidad del Concejo Cantonal, la inexistencia de la integración total del tranvía con los otros medios de transporte es una deuda que todavía no se salda. “La Unidad Ejecutora del proyecto Tranvía, la DGM y la Corporación Municipal tiene que trabajar arduamente en esta integración física y tecnológica.
En la última sesión de la Comisión de Movilidad se solicitó una hoja de ruta definitiva en la que estén los actores, las actividades, tiempos y rubros que se requieran para la integración total”, explicó Morales. Del pedido de la comisión han pasado ya varios días, pero hasta la fecha no ha habido una respuesta clara y detallada del trabajo que se tiene que cumplir para que el tranvía ya funcione con el resto de medios.
Según Morales, tanto la integración física como tecnológica es factible siempre y cuando se tomen ya las decisiones que correspondan.
Déficit
Desde principios de marzo, Jorge Moscoso es el director del Proyecto Tranvía. Para él, en sus casi tres meses frente a la institución, el proyecto como tal debe tener objetivos integrados, cuyo proceso “tomará varios años en ser efectivo”. Sobre la integración del sistema público, según Moscoso, no hay acuerdos a pesar de que existen las normas a través de una ordenanza. “Hay una diferenciación entre la parte tecnológica y la parte física, pero la integración tecnológica no solo depende de la voluntad de la autoridad, sino depende de la voluntad de las partes”, dijo Moscoso.
Para el director, no solo la integración servirá para tener un sistema de transporte público sólido, sino también para acortar el déficit fiscal del tranvía, que está entre los ocho y nueve millones de dólares.
Actualmente, en los vehículos tranviarios se movilizan entre 9.000 y 12.000 personas por día, sin embargo, ese número es ínfimo si se consideran los estudios en los que se mencionan que, para que el proyecto sea sostenible, se requieren 39.000 pasajeros diarios.
Los factores que están relacionados con el número menor al deseado, según los análisis de la Unidad Ejecutora del Tranvía, son: la línea 100 que sigue la misma ruta de los vehículos tranviarios, la suspensión de las clases presenciales y el teletrabajo. Según Moscoso, sin esos factores se podría llegar a contar con 24.000 pasajeros diarios que ayudarían a disminuir los números rojos del proyecto tranviario.
Subsidio
Esta semana, el alcalde Pedro Palacios estuvo en Quito, y según Moscoso ya se ha tratado un posible subsidio al proyecto del tranvía. Todavía no ha habido reuniones en las que se trate el tema al fondo, pero el objetivo es que se pueda concretar la que fue una oferta de campaña de Guillermo Lasso.
El presidente, a principios de año, dijo que subsidiaría en su totalidad los pasivos del tranvía, por lo que se espera que ese ingreso económico por parte del Gobierno de Lasso sea una realidad. “Independientemente no podemos esperar este subsidio total del Estado, también tenemos que pensar localmente, y una de las acciones es el tema de valorizar la publicidad en el tranvía”, dijo Moscoso.
Por el momento, la Unidad Ejecutora ha adjudicado ya un proceso mediante el portal de Compras Públicas para que se coloque publicidad en los vehículos y en las estaciones. Con la publicidad se prevé obtener 500.000 dólares al año, de los cuales, 300.000 ya ingresarán en este 2021. (AWM)-(I)
