Más del 70 % de los ecuatorianos dijimos ¡No! a la minería en la consulta popular nacional (febrero 2018); en Girón los resultados fueron mayores, más del 90 % de la población dijo ¡No! a la minería (marzo 2019); ocho de cada diez cuencanos dijimos ¡No! a la minería (marzo 2021). Por si fuera poco, el Papa Francisco pidió a los millones de católicos de todo el mundo que unan sus fuerzas a la lucha contra el cambio climático. ¿Cómo se entiende entonces que un Gobierno cuyo Presidente se declara católico, apostólico y romano –que va a misa y se confiesa– y que, además, gobierne un Estado que reconoce los Derechos de la Naturaleza entregue el territorio nacional a las grandes mineras con tal desvergüenza que no puede ser entendida de otra manera que la profunda ignorancia que rodea a gobiernos que no solo camina en contra de todo sentido común y de la ciencia sino que vuelven a repetir nuestra trágica historia: ser países primario-exportadores. En tres ocasiones se ha pronunciado la sociedad ecuatoriana por el ¡No! a la minería, pero como San Pedro que negó tres veces que Jesús fuera su amigo, el gobierno de Lasso pretende negar los contundentes resultados de las tres consultas populares. (O)
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