Los acontecimientos políticos relevantes de última data, enfrentan en una pugna que amenaza con ser encarnizada, a dos poderes fundamentales del Estado. Concretamente para el caso: al Ejecutivo y al legislativo, vale decir en otras palabras a Lasso y Llori. El proyecto de ley “creando oportunidades”, es la piedra en el zapato del primer mandatario y en la de la primera legisladora, la que por cierto les impedirá andar por largo rato.
Las cerradas posiciones a favor y en contra del eufónico proyecto que, para que también, sonaba bien y que al final devino en la letra y música de un quejumbroso pasillo que podría llamarse: creando conflictos, ocupan carriles opuestos. Cismáticos. Cara y contracara de una moneda que, dada la mutua terquedad, pretendería –la de un sector- imponer una en que la misma cara esté a uno y otro lado, en tanto que el otro, buscaría la preeminencia de la contracara. Las amenazas recorren olímpicamente el áspero territorio que les separa. Su caldeo es extremo y de pronóstico reservado.
Hemos llegado al punto en que el legislativo -como curándose en sano- anuncia que, de insistirse en el proyecto, acudiría a una consulta popular que dirima el desacuerdo. Nada ha dicho el ejecutivo, pero a la vista está la muerte cruzada, medida que podría resultar adversa por los duros reveses sufridos por Lasso: devolución del proyecto, la posible evasión impositiva dentro del escandaloso caso “papeles de Pandora”, el rechazo de la Conaie, de Pachakutik, sindicatos y un vasto etcétera. Pero, está también la opción –esa si viable- de que a través de una consulta popular- se plantee la significativa reducción de asambleístas, propuesta que contaría con un amplio respaldo. Así están las cosas: los intereses de “grupo” sobre todo lo que le oponga. Días aciagos se ciernen sobre el sobresaltado cielo de la Patria. (O)