“En un mundo de medios de comunicación de masas, de plataformas sociales y de publicidad es necesario establecer algo más que relaciones instantáneas, superficiales y temporales” (Kawasaki, 2012, pág. 13).
Disrupción y adhesión, el puzzle de una campaña demanda de elementos fundamentales que deben ser usados de manera asertiva, tanto en la línea de tiempo -timing, cuanto en su estructura comunicacional, contenedor y contenido.
La disrupción nos convoca a “romper” las estructuras mentales, convocar la creatividad para provocar, desde ópticas alternativas a la linealidad de los esquemas clásicos, nuevas propuestas o soluciones que escapan de los constructos y esquemas clásicos.
Pero la disrupción, siendo necesaria no llega a ser suficiente, una vez convocada la atención debemos garantizar la conexión, ganarnos la confianza y vencer las resistencias.
El segundo paso demanda ganarnos la confianza del colectivo, sin confianza no hay adhesión y la confianza es una relación directa de la percepción y la experiencia.
Álvaro Gordoa, en su conferencia Transformando Percepciones (https://www.youtube.com/watch?v=vcAiWQY8P1s) del 13 de diciembre de 2015 en TEDx, nos plantea “si es amarillo como pollo, tiene plumas de pollo, aleta como pollo, ¿qué es?, por más que te lo quieran vender como un león, es un pollo (…) en el mundo de la imagen, las cosas son lo que percibimos de ellas”.
En política la confianza se construye sobre, primero, la base de la percepción, como la gente nos mira; y, segundo, la experiencia, que es lo que la gente puede contar sobre nosotros; de este modo, nuestra historia, la estrategia del storytelling debe ser coherente con la percepción que la gente tiene de nosotros, así construimos confianza como pilar de adhesión.
Disrupción para llamar la atención, confianza para construir la relación. (O)
