En el plano económico el país no logrará una reactivación completa de su economía, pues confabularán contra esta la continuidad de la pandemia, la permanencia de tasas de interés bancarias altas, una reducción de la capacidad de compra de sectores de la clase media (que se verán afectados por el incremento significativo de sus impuestos), la reducción de la inversión pública y la afectación que podría generar en algunos sectores productivos la posible firma de acuerdos de “libre comercio”. En este marco, las posibilidades de un incremento significativo y sostenido del empleo serán bajas, con la consiguiente permanencia del subempleo y de problemas sociales como la migración.
Coetáneamente, en lo económico la crisis fiscal (aunque en una menor proporción que en 2021) persistirá y, por la tanto, se recurrirá a un mayor endeudamiento del Estado (vía emisión de bonos). También se asistirá a un año de inicio de las privatizaciones (comenzando por el Banco del Pacífico), de búsqueda de la flexibilización laboral y de profundización del modelo extractivista (con una ampliación de la explotación minera y petrolera).
En el ámbito social, el Gobierno seguirá poniendo énfasis en la vacunación contra el coronavirus, pero otros ámbitos de la salud pública, como el abastecimiento de medicinas para los hospitales públicos, seguirán con problemas; nuevamente decenas de miles de bachilleres no podrán ingresar a la Universidad; y, la crisis de la seguridad social se hará mucho más evidente. A estas situaciones contribuirá la reducción de recursos para la salud, la educación y el IESS, que consta en el Presupuesto del Estado 2022. La inseguridad (delincuencia y criminalidad) seguirá asolando en las calles.
En lo político, la inconformidad y los conflictos sociales tenderán a aumentar, los cuales podrían ser enfrentados por el Régimen con represión y con más propaganda sobre las supuestas bondades de su gestión, amén de la reiterada acusación de desestabilización a sectores de la oposición. Será también un año preelectoral, aunque en los últimos meses se desatará una informal campaña electoral, de cara a las elecciones seccionales de febrero de 2023.
Quizás lo más positivo del año, para el país, podrían ser nuevos éxitos en el campo deportivo. (O)