Inversores apuestan por la restauración de viviendas patrimoniales de Cuenca

A pesar de la situación económica y de la emergencia sanitaria que atraviesa el mundo, en Cuenca, la restauración de las casas patrimoniales ha vuelto a verse en el Centro Histórico. Basta con recorrer las calles de la ciudad para encontrarse con personas trabajando en las que fueron las viviendas de la población de antaño.

Las propuestas de intervención son distintas, sin embargo, en los últimos años se ha notado una tendencia: proyectos comerciales, hoteleros y habitacionales. Un ejemplo de ello es el trabajo que se está llevando a cabo, desde hace casi un año, en Casa Firenza, cuya intervención lidera el arquitecto Paúl Vázquez.

En la vivienda patrimonial, ubicada en la calle Bolívar, frente al parque Calderón, Vázquez y equipo de trabajo llevan adelante una propuesta en la que predomina los contrastes a través de los materiales de la infraestructura original, así como de lo que se agregará.

El objetivo de la intervención es que la casa se reactive con un local comercial que dará hacia la calle Bolívar, con un hotel que funcionará en el segundo piso, y con restaurante que trabajará con un “rooftop” desde donde se podrá ver la Catedral Nueva desde una perspectiva diferente.

“Lo que proponemos es una mirada diferente al patrimonio, algo que ya se usa en Europa, queremos generar un contraste, lo original con lo que no es original. En la casa vamos a ver las edades constructivas a través del adobe de hace cien años, el ladrillo de hace 70 años y los materiales de este 2022”, dijo Vázquez a diario El Mercurio.

Se espera que la casa restaurada, cuyo costo de intervención es de alrededor de tres millones de dólares, se entregue en unos dos o tres meses.    

Hotel boutique

Un proyecto parecido, y con una inversión de 2.8 millones de dólares, está desarrollando Samuel Morocho junto a su familia en una vivienda patrimonial ubicada en las calles Bolívar y Tarqui.

La idea de Samuel, quien es chef en Estados Unidos desde hace varios años, es convertir la infraestructura en una casa victoriana en donde funcione un hotel boutique y una cafetería.

“Además de admirar a Cuenca, creo que debemos reactivar la economía de la ciudad que ha sido una de las primeras en hacerlo. Por eso le apostamos a este trabajo que esperamos que funcione. Por ahora ya se rescataron algunos elementos patrimoniales que estaban en muy mal estado”, dijo Samuel a diario El Mercurio.

La familia Morocho prevé que el proyecto sea finalizado en un año. Con ello ya abrirán un nuevo hotel para Cuenca y una cafetería que espera, en algún momento, atenderla Samuel quien es propietario de un restaurante en Nueva York.

Hasta entonces, una de las primeras etapas de la intervención que ya se entregará será la fachada de la vivienda que está diagonal a la iglesia del Cenáculo, que es otra de las características de los proyectos arquitectónicos de los últimos años: habilitar espacios que den nuevas vistas hacia una ciudad que todavía mantiene su patrimonio gracias a la inversión privada.(I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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