COLUMNISTA

Apuntes del movimiento sindical

Corría mayo de 1886. En varias ciudades estadounidenses se exigía la vigencia de la jornada de ocho horas diarias. Fueron ciento noventa mil trabajadores que promovieron una sentida paralización con detenciones, torturas, asesinatos. Hubo dolor ante la muerte, cadena perpetua, trabajos forzados. August Spies, George Engel, Michael Schwab, Samuel Fielden, Louis Lingg, Albert Parsons, descansan en el imaginario colectivo de la masacre de Chicago. Quedan las palabras de Spies: «Salud tiempo en que nuestro silencio será más poderoso que nuestras voces, que estrangula la muerte». Europa también aportó con demandas afines. En 1889 el Congreso Obrero y Socialista de París oficializó que cada 1 de mayo, sea Día Internacional del Trabajo. En Latinoamérica despunta el movimiento obrero a principios del siglo XX. En el Ecuador, los síntomas germinales se dieron en 1880 con indígenas del cantón Pelileo, que protestaron en contra de una decisión patronal por la implementación de máquinas en la práctica del obraje. La peculiaridad del naciente movimiento de trabajadores en nuestro país debe entenderse desde la diferencia regional que obedeció a intereses grupales, y a maneras distintas de apreciar las exigencias sociales, a más que la dinámica financiera tuvo sus rupturas entre los agroexportadores de la Costa y los terratenientes de la Sierra. En tal contexto se construye el sindicalismo. Es así que por iniciativa de la Asociación de Abastecedores del Mercado de Guayaquil en 1911, sobresalió el 1 de mayo en un acto modesto, conformándose posteriormente en 1913 en Quito el Comité «Primero de Mayo». En 1915, Leonidas Plaza Gutiérrez, presidente de la República, decretó el 1 de mayo, día feriado para el trabajador ecuatoriano. Otro dato fue la realización del PRIMER CONGRESO OBRERO NACIONAL,en agosto de 1909. Si bien, en este cónclave no existieron resoluciones mayores, fue un intento por reunir a diferentes gremios del país. Las primeras décadas del siglo XX tuvieron un efecto económico negativo ante la crisis de posguerra a nivel mundial. La clase obrera se vistió de luto el 15 de noviembre de 1922. Cientos de cruces flotaron en el río Guayas como testimonio de una desmedida represión oficial.

El sindicalismo ecuatoriano ha registrado una composición organizacional con tendencias ideológicas definidas (a ratos discrepantes unas de otras, aunque con posición agitadora y aspiraciones similares). Así tenemos, a la Confederación de Obreros del Ecuador (COE) constituida en 1938, de vida efímera. Luego vendrían: la Confederación Ecuatoriana de Obreros Católicos, que más tarde se llamaría Central Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas (CEDOC), la Confederación de Trabajadores del Ecuador (CTE), la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres (CEOSL), la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores (CEDOCUT), el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la Central Única de Trabajadores (CUT), entre otros.

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