He leído con asombro algunas opiniones de analistas políticos que asumen patrióticamente, como una tarea asignada en el cuartel, la crítica reiterada al presidente Lasso. Digo que estoy asombrada porque de ser objetivos en sus comentarios, no se expresarían como lo han venido haciendo. Sin querer, o, lo que sería peor, queriendo, desvelan su inclinación por los zurdos -teniendo gustos de diestros- y por todo lo relacionado con la tesis de Marx, con Lenín, el ruso, -no el títere que fue nuestro presidente- con el asesino del Ché Guevara y el dictador de Castro.
Afirman, muy sueltos de huesos, que al presidente le ha dado por inventarse enemigos políticos. En efecto, sí los tiene, pero no porque los haya inventado, sino porque son herencia del correato.
Le critican que al innombrable –mientras pueda, evitaré escribir su nombre. Su proceder e insolencia no lo hacen merecedor ni de llevar el título de expresidente del Ecuador- lo tilde de adversario político. Me aventuro a opinar que aquí, Lasso dijo una verdad a medias. No sólo es su enemigo político, sino de todos los ecuatorianos. Exceptuando a los que aún siguen balando.
A Hervas, el excandidato presidencial, lo denunció por evasión de impuestos. El presidente no puede ser objeto de chantajes. Y esa acusación no lo convierte en su enemigo político, mas sí del Estado ecuatoriano. Por evasor. Cuando se refirió a Lenín Moreno como un “gil”, le dice las verdades, y no a medias. El ser frontal, no quiere decir que busca enemistarse.
Al indígena Iza lo llama conspirador. Sólo le dice, sin pelos en la lengua, lo que él representa. O acaso los analistas políticos no pudieron deducir, como lo hicimos la gran mayoría, quién estuvo detrás de la asonada de Octubre del 2019 cuando se unieron los frentes indígenas al mando del prófugo y, con premeditada alevosía, tumbar al gobierno de ese entonces.
También opinan que Nebot condujo de la mano a Lasso hacia la presidencia. Apoyándolo. Pero no se detienen a “analizar” que ese respaldo ocultaba intereses perversos para el país, pero muy lucrativos para el otrora delfín de León, quedando en evidencia su alma oscura y siniestra.
Yo pregunto a los analistas políticos que opinaron lo que aquí expongo: ¿Acaso anhelan que regrese el innombrable y vuelva a saquear la patria? ¿Y con el debido respeto, no son ustedes, por un desliz, correístas camuflados? (O)