El jugador ecuatoriano Gonzalo Plata ha pasado, en tan solo unas horas, de disfrutar del merecido ascenso a Primera división con el Real Valladolid, equipo al que llegó cedido por el Sporting de Lisboa a finales de agosto, a un descenso marcado por la justicia derivado del accidente en el que se vio involucrado el pasado mes de diciembre de 2021 y en el que duplicó la tasa de alcohol permitida.
Plata, de 21 años, fue contratado en los últimos días de mercado de fichajes, ya iniciada la Liga SmartBank y, en su caso, no se incorporó a la disciplina blanquivioleta hasta concluir su estancia con la selección ecuatoriana, por lo que no entró en una convocatoria del cuadro vallisoletano hasta el 12 de septiembre.
En ese partido ante el Tenerife, el extremo ecuatoriano se quedó en el banquillo pero en el siguiente choque ante Girona -que finalizó con derrota del Real Valladolid-, tuvo sus primeros minutos de juego, sustituyendo a Óscar Plano en el minuto 69, al igual que en el siguiente encuentro, ante Alcorcón.
Su primera titularidad llegaría en el partido ante la Ponferradina (2-2), a la que seguiría la de Ibiza y el Sporting de Gijón, partido en el que Gonzalo Plata marcaría su primer gol con la elástica blanquivioleta. En este momento, su calidad como jugador era ya incuestionable, si bien le pesaba su juventud y esa falta de madurez vinculada a su escasa experiencia vital.
De ahí que el jugador cediera muchos minutos de juego en beneficio de Óscar Plano, cuyo perfil se ajustaba más a esa picardía y el saber hacer que proporciona la veteranía profesional y que, en una categoría tan complicada como Segunda división, se hacía absolutamente necesaria en la mayoría de los partidos.
El joven extremo adquirió relevancia en el esquema del técnico, José Rojo «Pacheta», quien siempre mostró un gran cariño por el jugador y le cuidó como un padre cuidaría de su hijo. Así, volvería a ser titular ante Huesca, con el que marcó otro tanto para añadir a su casillero particular.
Ese partido se jugó un 3 de diciembre y, el 8 de diciembre, de madrugada, Gonzalo Plata se veía involucrado en un accidente de tráfico en el centro de Valladolid, tras el que se comprobó que su tasa de alcoholemia doblaba el límite de lo permitido por la ley. Iba acompañado por el también jugador ecuatoriano Vicente Andrés Jaime Morán, por entonces a prueba en el Numancia.
Por fortuna, y a pesar de lo aparatoso del impacto con el vehículo contrario -un taxi que llevaba pasajera que salió despedida, mientras que al taxista tuvieron que rescatarle al quedar atrapado en el coche-, no hubo heridos de gravedad, pero sí fue grave la actitud del jugador, ya que además tenía entrenamiento, ese mismo día, con su equipo. Unas cuatro horas más tarde, para ser exactos.
No tardó mucho en conocerse la noticia, y comenzaron a llover las críticas hacia el jugador, quien compareció en rueda de prensa para pedir perdón por lo sucedido y mostrar su arrepentimiento, si bien siguió sometido al juicio público, a través de las redes sociales, fundamentalmente, en las que muchos pidieron su salida del club vallisoletano.
«Pacheta» volvió a dar la cara por el internacional ecuatoriano. Pidió comprensión, asumiendo la gravedad de la situación, haciendo valer esa falta de madurez, propia de su juventud y de la posibilidad con la que todo el mundo cuenta de cometer un error y poder corregirlo.
Puesto que esa semana el jugador vivió mucha presión, el técnico burgalés optó por no convocarle para el encuentro ante el Real Oviedo, no como castigo, sino para evitar que resultara más afectado y que eso repercutiera en su carrera profesional. El castigo ya se lo impuso el club, de manera interna, con una sanción económica y una buena «reprimenda» que caló en él, como se pudo comprobar con posterioridad.
Lo cierto es que, tras esa primera fase compleja, y del revuelo formado por el accidente, Plata volvió a centrarse en la parcela deportiva y siguió dando alegrías al equipo hasta el último partido, en el que logró el ascenso directo a Primera, gracias a la victoria conseguida ante Huesca, a la que contribuyó con un gol propio, y a la derrota del Éibar.
Al igual que el resto de compañeros, Gonzalo Plata disfrutó de ese ascenso, vivió la fiesta con todos ellos, también con el presidente, Ronaldo Nazário, dándose un baño de multitudes y recibiendo la petición de su continuidad en Valladolid, por parte de los aficionados que se congregaron en las celebraciones.
Se había olvidado todo lo sucedido ese 8 de diciembre. Hasta que, tres días después, se hizo pública la petición del fiscal, provisionalmente, de seis meses de cárcel y cuatro años sin carné de conducir, para devolverle a otra realidad que había quedado relegada a un segundo plano.
El ministerio público reclama la imposición de la pena por un delito de conducción temeraria para el futbolista, que se enfrenta además a la solicitud del pago de una indemnización por las lesiones y los daños causados en el siniestro, si bien esta situación no le ha impedido viajar hasta Ecuador, donde se encuentra concentrado con su selección para preparar el próximo Mundial.
Según ha explicado el director deportivo del Real Valladolid, Fran Sánchez, la continuidad de Plata en el club blanquivioleta resulta «muy complicada», puesto que aunque tiene opción de compra sobre el jugador, la cantidad que pide el Sporting de Lisboa es muy alta -10 millones de euros-.
En su opinión, «ha sido una temporada difícil, en la que el jugador ha aprendido mucho, al igual que el resto, aunque en su caso todo el mundo se ha volcado e involucrado al máximo con él, porque es un chico muy joven, que necesitaba de ese apoyo».
«No va a ser una decisión sencilla, pero se irá viendo en estos días qué decisión se toma al respecto y, si sigue, bien y, si no, vendrá otro compañero que también lo hará bien», ha añadido Sánchez, lo que hace presagiar que el futuro del futbolista ecuatoriano estará lejos del Pisuerga, si bien antes deberá cumplir con la justicia, y cerrar ese nefasto capítulo, que supone ya un borrón en su expediente. EFE