Todo líder social detenido sale fortalecido. No se puede apagar el fuego con más leña. Los insultos prueban debilidad política. Los discursos no cambian las duras realidades sociales que vivimos. Las contradicciones en los discursos y/o informes “oficiales” y de las autoridades cuestionan cualquier acción del Estado. Crear “enemigos” para ocultar la ineficiencia de un Gobierno es peligroso, más aún en los niveles de violencia en que ha envuelto el crimen organizado y el narcotráfico al país. Pretender investigar “¿quién financia el paro?” a más de ser un grave error en la lectura política de la protesta social, es desconocer que el liderazgo en los pueblos indígenas es colectivo y no individual. “Si llevan a uno, nos llevan a todos”, ha dicho la vicepresidente de la CONAIE mientras la respuesta del Lasso frente a las demandas de los indígenas es la criminalización de sus líderes y del uso del espacio público para ejercer el derecho a la protesta social. Mantener reuniones sin ningún resultado, muestra el fracaso del diálogo y el uso publicitario de la participación ciudadana. Graves y peligrosos errores en tan poco tiempo, vuelven cierto el rumor popular que “Lasso está haciendo lo imposible: ser peor Gobierno que el de Lenin Moreno”. (O)
Send an email 
