La deuda que tiene el IESS con Solca Cuenca- supera los seis millones de dólares que son vitales para que siga funcionando. Para el IESS, es una raya más en el tigre más voraz que tiene el país.
La deuda no solamente es con Solca Cuenca sino a nivel nacional en cuyo caso son ciento cuarenta millones. Sin ese dinero, que no es una dádiva sino servicios prestados, Solca corre el peligro de quedarse sin fondos para la atención a los pacientes que sufren de cáncer.
Solca ha acordado varios plazos con IESS para no suspender los servicios a nuevos pacientes. Todos esos plazos se han cumplido. Dos vocales prorrogados en funciones por doce años imponen su voluntad frente a un tercero que aunque preside el organismo, poco o nada puede hacer.
Ante esta deuda que pone en serio riesgo el funcionamiento de Solca, el Presidente de la República dispuso que el Ministerio de Finanzas entregara al IESS, ciento cuarenta millones de dólares que es el monto de la deuda. El ex Ministro Simón Cueva y el actual Pablo Arosema, confirmaron que esos fondos fueron ya entregados. Pero el IESS los metió en sus bolsillos sin fondo, y pese a haber firmado un compromiso, hasta hoy sigue siendo moroso, no solamente con Solca nacional sino con los miles de pacientes que se benefician de los servicios de alta calidad que brinda.
Extraños manejos internos impiden ese pago. La deuda no solamente es con Solca sino también con numerosas clínicas particulares, muchas de las cuales están suspendiendo sus servicios por falta de pago.
El pretexto para no pagar lo adeudado, tiene una trampa. Supedita el pago a auditorías de las planillas, lo cual en principio es normal. Pero, la trampa consiste desde hace años en que no hay suficientes auditores, con lo cual el visto bueno dura, no meses, sino incluso años.
Los grandes perjudicados por este irresponsable proceder del IESS son los afiliados a los cuales no han podido atender en sus hospitales. Pero también se perjudican todos quienes buscan los servicios de reconocida calidad de Solca que se ve al borde de suspender servicios por falta de recursos. (O)