Es evidente que los medios de comunicación lleguen a engancharse con los públicos y eso se debe a la falta de cambios por causa generacional de los propietarios. A esto se suma una formación que obedece a formatos más tradicionales y distantes de las exigencias tecnológicas del nuevo periodismo digital.
Ahora, ¿Cómo lograr que los profesionales de la comunicación puedan estar a la vanguardia de las necesidades actuales, si las universidades siguen reproduciendo contenidos descontextualizados?
En Europa, fluye un periodismo más dinámico, digital y sobre todo más producido a través de herramientas que dan como resultado podcast, videos, infografías, investigaciones, crónicas, etc. La mayoría de estos contenidos poseen originalidad, información con calidad, crítica ética, creatividad con marca personal. Los medios de comunicación han comprendido la lógica de generar contenidos diferentes que se sustentan en productos muy propios del periodismo, pero con formas distintas de comunicar, de enganchar; sin caer en la inmediatez de las redes sociales.
La innovación es otro punto para reflexionar, pensemos por qué los influencer
-sean buenos o malos- están más cercanos a las marcas, empresas e instituciones. Cosa que no sucede con los periodistas, quizá por su edad. Entonces, queda muy claro que no todo gira en torno a la inmediatez.
Creo que esta reflexión y lo que está sucediendo nos lleva a exigirnos más. Quien trabaja con pasión y profesionalismo sabe que es necesario desaprender para volver a aprender.
Las tecnologías siempre serán un buen complemento mientras haya olfato periodístico. No todo en la vida es videos y contenidos rápidos, las sociedades necesariamente deben tener un pensamiento crítico-reflexivo y eso solo se logra con contenidos de valor. ¿Lo estamos haciendo? o estamos dejando que la desinformación de las redes opaque una profesión tan loable como la nuestra. (O)