El magnate Elon Musk, propietario único de Twitter, dijo este 10 de noviembre de 2022 a los empleados de la plataforma que no puede descartarse la bancarrota de la compañía, según asegura hoy la agencia Bloomberg y otros medios económicos.
«La declaración de bancarrota no puede descartarse», dijo en una reunión presencial con el personal de la sede central en San Francisco, a quienes recordó que el teletrabajo se ha terminado y que deben volver a las oficinas, so pena de ser despedidos.
En este ambiente de incertidumbre, varios directivos de la compañía siguen abandonando sus cargos, entre ellos Yoel Roth -que en la última semana figuraba como estrella emergente de Twitter y al que el propio Musk citó con frecuencia en sus tuits- y Robin Wheeler, según la misma agencia, que cita fuentes que pidieron el anonimato.
Roth y Wheeler habían acompañado a Musk en sus primeros pasos en Twitter como propietario único y le habían ayudado, a través de tuits que Musk después retuiteaba, a perfilar una nueva política de moderación de contenidos que tenían como propósito tranquilizar a los usuarios, pero sobre todo a los anunciantes, fuente principal de ingresos de la red del pajarito.
Estos dos nombres se suman a los abandonos de otros ejecutivos conocidos horas antes: Lea Kissner, Damien Kieran y Marianne Foggerty, que pasaban por ser los máximos responsables de las unidades de seguridad para los usuarios y que supuestamente dejaron la empresa en las últimas horas (solo Kissner lo ha reconocido en su propia cuenta en la red).
El diario New York Post no duda en calificar lo sucedido de «abandonos de un barco que naufraga».
Musk, que el pasado viernes dijo que la compañía perdía cuatro millones de dólares diarios y hoy admitió que vendió 19,5 millones de acciones (por casi 4.000 millones de dólares) de su empresa Tesla de automóviles eléctricos para «salvar» Twitter, ya no parece tan seguro de poderlo lograr.
Si este miércoles envió un mensaje a todos los empleados reconociendo que «el panorama económico es alarmante», hoy les dijo que la compañía necesitaba con urgencia convencer a los usuarios para pagar los 8 dólares que se requieren por cuentas verificadas, una idea muy controvertida y que genera polémica en la propia red.
Los anunciantes, por su parte, no acaban de ver claro los planes de Musk y han sido varios -entre ellos General Motors o Volkswagen- los que por prudencia han retirado su publicidad de la red hasta tener una idea del futuro de la plataforma.
La Comisión Federal de Comercio se pronunció hoy, a través de un portavoz, y dijo que estaban siguiendo de cerca «con profunda preocupación» los últimos acontecimientos en Twitter, recordaron a Musk que «ningún director ejecutivo está por encima de la ley» y que disponen de herramientas suficientes «para asegurar el cumplimiento» de las normativas. EFE