Ecuador tiene en sus filas a los formados en las canteras del Valle

Ecuador se ha convertido, por derecho propio, en una de las sensaciones del Mundial de Qatar. La lección de fútbol que dio a Países Bajos le dejó al borde de su segunda clasificación para octavos de final y el mundo entero empezó a interesarse en la benjamina de la competición.

Ocho de los 26 jugadores de la Tri se formaron en la cantera de Independiente del Valle, algo más que un equipo, un experimento futbolístico destinado a elevar el nivel de fútbol del país y que el propio seleccionador, Gustavo Alfaro, reconoce como meritoria experiencia.

De este club asentado en Sangolquí, localidad de 75.000 habitantes de la periferia sur de Quito, han salido algunos de los principales talentos del reciente fútbol ecuatoriano, donde el «profe» ha asentado su labor de renovación de la selección.

La filosofía del preparador argentino coincide con la que desde hace años viene poniendo en marcha Independiente del Valle, que no solo pretende formar futbolistas, también personas.

El símbolo del proyecto se llama Moisés Caicedo, el jugador más cotizado de la Tri, que triunfa en el Brighton y que es el alma del equipo junto al capitán, el veterano Enner Valencia.

Cuna de estrellas

Pero de las filas del club de Sangolqui también han salido otras de las estrellas del equipo, Angelo Preciado, Gonzalo Plata, Piero Hincapié o Jhegson Méndez.

Gonzalo Plata (derecha) es otro de los jugadores salidos de la cantera del Independiente del Valle. Foto Twitter Gonzalo Plata

«Es una muestra de cómo un club puede transformar las ilusiones de la gente en cosas concretas«, asegura Alfaro sobre el club del que procede la columna vertebral de su Tri.

Fundado a mediados del siglo pasado por José Teran, un apasionado del fútbol argentino que, por ello, apostó por ese nombre, el club es propiedad desde 2009 de Michel Deller, una de las grandes fortunas del país, que tenía la intención de convertirlo en «un club diferente».

Esa máxima se ha convertido en el «eslogan» del club, que desde entonces se ha dedicado a buscar a los talentos del país para formarles para atraerles a su academia.

En sus instalaciones los jóvenes no solo aprenden fútbol. «También estudias allí, incluso te dan acompañamiento psicológico«, asegura Jackson Porozo.

Lejos de tener la popularidad del Barcelona de Guayaquil o de la Liga de Quito, Independiente ha demostrado ser un buen trampolín para sus estrellas, que en muchos casos acaban por dar el salto a Europa.

Independiente ha firmado acuerdos con otras entidades más pequeñas, como Esmeraldas, de donde procede Hincapié, para reclutar a sus mejores unidades desde que comienzan a despuntar en categorías inferiores.

En sus instalaciones encuentran las mejores condiciones, siete terrenos de fútbol, diez vestuarios, cuatro edificios para albergar a los jóvenes, un auditorio para conferencias.

Hincapié y Plata fueron a la escuela en sus centros, capaces de dar enseñanza a 120 alumnos cada curso, una muestra de que todo es poco para formar a los mejores.

Actualmente el club tiene una denominación que habla bien de sus intenciones: Club de Alto Rendimiento Especializado Independiente del Valle.

En paralelo, el primer equipo ha ido dando sus pasos. En tercera división cuando lo adquirió Deller, fueron ascendiendo peldaños hasta que en 2016 jugaron la final de la Copa Libertadores y se han proclamado campeones en las dos últimas ediciones, además de la Copa Sudamericana de 2019 y 2022.

La expansión del proyecto ha superado fronteras y ahora tiene acuerdos con Catar y desde 2015 posee casi la mitad de las acciones del Numancia español. EFE

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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