Apenas transcurrieron unas horas de la muerte de nuestra madre y los cuatro hermanos en el más respetuoso silencio, esperábamos que el fuego convierta en cenizas sus despojos. Mientras el fuego crepitante cumplía su trabajo, en silencio, abrazados y envueltos en lágrimas, esperábamos pacientes. Habíamos ido ya al cementerio y cumplimos con los requisitos de …


