Tan pronto como intuyó que querían echarla de la presidencia de la Asamblea, Guadalupe, con uñas y dientes armó su estrategia para darles batalla. Les bloqueaba al menor intento de obligarle a cambiar el orden del día de las sesiones. Nunca terminaba una sesión. O simplemente no la convocaba. Era de verlos, rojos de las …










