La política sucia está imperando en el Ecuador. Quienes la practican le deshonran. Se deshonran a sí mismo. En otras épocas, su ejercicio tampoco fue un santuario; pero cuanto ocurre en estos tiempos es indignante. Nadie, en su sano juicio, puede aceptar el lodazal al que han convertido a varias instituciones públicas, supuestamente creadas para …



