Un país sano

Bridget Gibbs Andrade

Luego de la paliza histórica que Noboa le dio a la Rana René y que tiene desencajado al prófugo y a su banda criminal, -al punto de que, en secreto, están considerando ponerle una camisa de fuerza-, el presidente y la vicepresidente tienen la responsabilidad de sanear al país. Las declaraciones de María José Pinto sobre el que no debe haber venganza sino un acuerdo de unidad entre los ecuatorianos para poder avanzar juntos, son muy acertadas. Sin embargo, ese anhelo y ese llamado no debe suponer un perdón y olvido para los que saquearon durante catorce años al país.

Merecemos un país sano sin narcotraficantes, corruptos y rateros. Noboa tiene la gran oportunidad y la enorme responsabilidad de empezar esa limpieza ahora. Sin demora. Es verdad que llegar a acuerdos es fundamental para el Estado, pero sin olvidar que la extirpación de los correístas en mandos altos y medios que siguen maniobrando desde las sombras o a través de terceros, es impostergable. Que Noboa no se duerma en los laureles y piense que, porque los derrotó, no volverán a hacer daño. “Quien de traidores se fía, lo sentirá algún día”.  

Este gobierno no debe pensar en otorgar indulgencias o pases al cielo, ni abrazar o dormir con el enemigo; este gobierno debe extraditar, juzgar y castigar con la pena máxima a los saqueadores de la patria. El país tiene que recuperar, sino en su totalidad, por lo menos parte de los 70 mil millones de dólares que fueron robados bajo las órdenes del esquizofrénico de Correa, durante la ‘robolución ciudadana’. 

Y esto no es odiar, ni perseguir, ni incitar confrontaciones entre ciudadanos. Es depuración; es hacer justicia; es sanear al país. Noboa no puede hacerse de la vista gorda o creer en los posibles arrepentidos que con seguridad aparecerán dándose golpes en el pecho y, si fuera preciso, azotándose con cilicios con tal de venderle el cuento de que “han desertado de la RC”.

Los autodenominados “somos semilla” se están sacando los cueros al sol. Ana Raffo acusa a Ana Yela, asambleístas electas del correísmo, de supuestas calumnias. La demanda ingresó un día después de que la bancada correísta publicó una foto asegurando que estaban «más unidos que nunca». Esta querella confirma lo que todos ya sabíamos: que los chats de “Mónica” Verduga son reales. La mazorca se desgrana y los “somos semilla” no son más que mala hierba que debe arrancarse de raíz.

Los ecuatorianos queremos paz, pero sin impunidad. (O)

Lcda. Bridget Gibbs

Periodista y escritora. Norteamericana de nacimiento, pero cuencana de corazón. Radicada en Cuenca desde hace 45 años. Lleva una década colaborando con la página editorial de El Mercurio.

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