¿Qué es una «persona»?

Nancy Negrete Martínez

El término “persona” ha sido interpretado de distintas formas a lo largo de la historia; pero, no se trata solo de un ser humano con cuerpo y mente, sino de un ser integral, que piensa, siente, elige, se relaciona con otros y busca un sentido profundo a su existencia. La persona es una unidad compleja que está compuesta de razón, libertad, afectividad, memoria, identidad, cultura; además, está abierta a lo trascendente.

Boecio definió a la persona como “sustancia individual de naturaleza racional”, al referirse a que reflexiona. Immanuel Kant, con una mirada ética, afirmó que cada persona debe ser tratada como un fin en sí misma, nunca como un medio, reconociendo su valor único e irreemplazable. A esto se suma la visión espiritual del ser humano como imagen de Dios, que sostiene que toda persona posee una dignidad sagrada que no depende de su función ni de su condición social.

En este contexto, la persona debe comprenderse como un ser que se construye en relación con otros; en consecuencia, la identidad personal no es fija ni individualista, ya que se forma y se transforma en el diálogo y en esa continua correspondencia con la comunidad y con el mundo que nos rodea. La persona no solo está abierta al otro, sino también a lo sagrado, ya que, si trasciende de su ego, buscará conectar con lo divino o con un sentido mayor que oriente su vida.

En consecuencia, es importante que reconozcamos a la persona como un ser integral, que es libre, racional, simbólico, relacional y abierto a la trascendencia. Urge esta mirada para escapar de las lógicas utilitarias, donde solo ven al ser humano basado en cifras o en funciones. De allí la necesidad de reivindicar el concepto profundo de “persona”, de mirar su valor único e irrepetible, de destacar su dignidad irreductible y de aprovechar su libertad para construir una sociedad más humana y más justa. (O)

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