¡Ecuador de luto!

Ana Abad R.

La brutal y criminal represión, la violencia, arrogancia y prepotencia del gobierno de Daniel Noboa rebasa cualquier posibilidad de pensar que la democracia ecuatoriana sobrevive. Con mi corazón lastimado, con lágrimas en mis ojos, indignada por la mentalidad perversa, colonial y racista del presidente-dictador, el ataque miserable y cobarde a los pueblos indígenas se enmarca ya en un etnocidio y en un indudable crimen de lesa humanidad. ¡Basta ya! No hay palabras para describir la crueldad con que está actuando Noboa, parece que la brutalidad es ahora política de su nefasto gobierno. Ni siquiera los hospitales y zonas declaradas de paz son respetadas por esa horda de sanguinarios militares y militantes de ADN ¿Desde cuándo un convoy “humanitario” deja heridos y detenidos? En cualquier lugar del mundo –claro está, menos en el “nuevo” Ecuador–, los ministros de gobierno, de defensa y del interior y hasta el mismísimo “señor de las gafas”, ya estarían destituidos de sus cargos con sobradas razones y méritos, mucho antes de este irracional y abusivo uso de la fuerza y del poder: masacres, fugas y motines en las cárceles; infiltraciones del crimen organizado en las fuerzas armadas; desapariciones forzadas en Esmeraldas, Los Ríos, Guayas –entre ellos, los niños de Las Malvinas–; violaciones al debido proceso durante operativos de seguridad y reportes de tratos crueles, inhumanos o degradantes; un fracasado plan Fénix –si es que existe–; femicidios dentro de los recintos militares… Avergüenza el racismo, la indiferencia de muchos y quienes aplauden la represión, celebran la injusticia y quieren volver a “la normalidad”. (O)

Lcda. Ana Abad

Periodista, editora y correctora de estilo; es parte del grupo editorial Quillca editores. Ha publicado investigaciones sobre cultura popular y artesanías. Es directora de contenidos del Portal Digital Voces Azuayas.

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