Cuenca se convirtió en una parada especial dentro de una de las travesías más ambiciosas del atletismo de resistencia en la región. El colombiano Steven Herrera llegó a la capital azuaya y fue recibido por un grupo de atletas locales, quienes lo acompañaron y le brindaron su respaldo en una causa que trasciende lo deportivo.
El pasado domingo 21 de diciembre, Herrera llegó a la Catedral de la Inmaculada Concepción. Allí, el corredor compartió con la ciudadanía el sentido profundo de un reto que inició el 17 de agosto en Punta Gallinas, La Guajira, el extremo norte de Sudamérica, y que culminará en Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina, entre septiembre y noviembre del próximo año.
“No es una carrera convencional. Esto es una maratón diaria”, explicó Herrera, quien afronta jornadas que van desde los 50 hasta los 100 kilómetros por día, atravesando desiertos, cordilleras, páramos y selvas.
La exigencia física es extrema, pero el motor principal es solidario; recaudar fondos para la construcción de escuelas.
“Queremos impactar la vida de niños y jóvenes de la ruralidad. Ya construimos una primera escuela en Boyacá y, si todo avanza como está previsto, en febrero de 2026 iniciaremos la primera construcción de este proyecto”, señaló el atleta, quien también preside una fundación educativa y forma parte de iniciativas sociales en varios países de la región.
Historia del atleta colombiano
Herrera no solo carga kilómetros en las piernas, sino historia. Hace dos años se convirtió en la primera persona en atravesar Colombia corriendo, un hito que marcó un precedente en el deporte de su país.
“Este es un país que me hace sentir como en casa. Somos pueblos hermanos, hijos de la cordillera, y tenemos el deber de cuidarnos entre nosotros y a la naturaleza”, expresó.
Más allá del esfuerzo físico, el atleta insiste en rescatar la mística deportiva. “No se trata de correr por la glorificación personal. Los sueños son individuales, los anhelos son colectivos. Yo corro por otros”, afirmó, mientras mostraba camisetas y medallas que ha recibido como gesto de cariño en su recorrido por Sudamérica.
En los próximos días, Herrera retomará la ruta hacia el sur del Ecuador, con el desafío inmediato de cruzar la frontera por Macará rumbo al desierto del Perú, una de las etapas más duras del trayecto. Su objetivo final es completar más de 12.000 kilómetros, para luego dar paso a la segunda fase del proyecto: levantar escuelas y convertir cada paso en oportunidades de futuro. (D)
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