Jóvenes de caseríos de El Valle, Santa Ana, Quingeo y San Bartolomé se atrevieron a soñar hace seis meses con un objetivo claro: acceder a una certificación y convertirse en el orgullo de sus familias. Con esfuerzo y constancia, durante los fines de semana asistieron a una escuela de formación, logrando conformar la primera promoción de adolescentes de la zona en las áreas de belleza integral y barbería.
La mayoría comparte una realidad en común. Provienen de familias de escasos recursos económicos que les ha impedido culminar el colegio y acceder a la universidad para obtener un título de tercer nivel.
Para asistir a clases tuvieron que reorganizar sus horarios laborales o buscar nuevas alternativas de sustento. Algunos contaron con el apoyo de sus familias que, pese a la difícil situación económica, los respaldaron para alcanzar sus metas.
La capacitación no fue nada sencilla. Tuvieron que familiarizarse con nuevos términos, perfeccionar sus habilidades y ejercitar la paciencia para dominar las técnicas. Iniciaron 25 jóvenes, pero al final culminaron 20: 16 mujeres y cuatro varones.
Verónica Guanoquiza tenía apenas 17 años cuando quedó embarazada. Las dudas sobre su futuro fueron inevitables, pero siempre mantuvo la mirada puesta en salir adelante y construir un mejor porvenir para su hijo.
Tuvo que dejar el colegio de lado para trabajar, impulsada por la necesidad de tener ingresos y responder por su pequeño. Ha hecho de todo, pues desde muy temprana edad aprendió lo complicado que es sostener un hogar.
Labora en atención al público en una tienda ubicada en su parroquia Santa Ana. Además, en ocasiones obtiene ingresos adicionales al pintar las uñas de personas conocidas o de clientes que llegan por recomendación.
Tras recibir esta certificación, Verónica aspira a continuar capacitándose en el área de la belleza. Su propositó es abrir un local en su parroquia o donde Dios lo disponga para sacar adelante a su hijo. Está convencida de que lo logrará con el apoyo de sus padres y de su actual pareja sentimental.
En el curso también participaron otros jóvenes con varios sueños por cumplir, como Samuel Chillogalli, quien se destacó en la rama de la barbería con la meta de convertirse en uno de los mejores. De igual manera, Mayra Quituisaca anhela demostrar su talento en un arte que le apasiona.
Este importante paso en su vida profesional lo celebrarán hoy, a partir de las 17:00, en el parque central de Quingeo, durante una ceremonia especial. Los jóvenes lucirán sus mejores galas para vivir uno de los momentos más esperados: recibir la certificación de la escuela de formación y del Ministerio de Trabajo.
La escuela nace para apoyar
La escuela de formación es propiedad de Miriam Yunga, de 34 años, oriunda de la parroquia Quingeo. Ella, al igual que sus alumnas, tuvo que buscar la manera de salir adelante, incluso alejándose de su tierra natal para forjar su camino.
Miriam recuerda que, siendo joven, tuvo que emigrar a la ciudad de Cuenca para culminar sus estudios, mantenerse y apoyar a su hogar. Allí aprendió el oficio de la belleza y, desde hace cinco años, puso en marcha su escuela en la provincia del Cañar.
Con el paso de los años, decidió abrir su escuela en la tierra que la vio nacer, Quingeo, con el objetivo de capacitar a jóvenes y brindarles una nueva oportunidad de vida. Para hacer realidad este proyecto, culminó la construcción de un inmueble de su propiedad, el cual reúne las condiciones adecuadas para el funcionamiento del centro.
La escuela funciona en el barrio Los Ángeles, perteneciente al sector Quingeoloma. Miriam aspira a mejorar el espacio para acceder próximamente a titulaciones, y con ello, continuar creciendo y apoyando a las zonas rurales. –(I)
- 6 meses duró la capacitación de los jóvenes. Las clases terminaron la semana pasada con el examen de grado.
- Los participantes en el curso tienen 13 años en adelante. Incluso hay personas sobre los 30 años.
- El evento de graduación de hoy, incluye un desfile de quinceañeras, entre otras sorpresas.
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