Por sus 205 años de independencia, Cuenca vive con intensidad sus fiestas.
Miles de turistas, la mayoría provenientes de otras provincias, llegan a la ciudad para disfrutar del feriado y, de paso, unirse a la celebración de este acontecimiento cívico.
Cuenca tiene muchos atributos para haberse convertido en un destino turístico obligado. Destacan entre ellos su Centro Histórico, su entorno natural, parte del cual son sus cuatro ríos; la riqueza cultural y artesanal de su ruralidad; su gastronomía tradicional; igual sus museos, iglesias, portales, sus mercados, sus áreas verdes, sus artesanías y, como denominador común de todo esto, su gente, no únicamente la nacida en su suelo, también la avecindada en ella desde hacía varias décadas o lustros y ha echado raíces.
Pese a ciertos brotes de violencia en estas últimas semanas, la seguridad es otro aditamento atractivo para personas de otros lares.
Conciertos, ferias artesanales para todos los gustos y capacidad económica, desfiles estudiantiles, bailes populares como el tradicional “Huaynacapazo”, circos, parques de diversión, están a la orden de todos.
Las autoridades han extremado sus tareas de control y seguridad. Esto no implica exceder la confianza, tampoco perder el estado de sobriedad, y no ser solidarios en casos de emergencia.
El feriado es otra oportunidad para mejorar la economía de todos. También para demostrar los valores de la cuencanidad, la de ser buenos anfitriones, por ejemplo.
Varias personas, instituciones y organizaciones sociales recibirán, por parte del Concejo Cantonal, el reconocimiento por sus aportes para el engrandecimiento de la urbe, y son ejemplos a seguir.
Lo recibirán este lunes 3 de Noviembre durante la Sesión Solemne del Cabildo.
La unión, los valores cívicos, recordar la gesta independista, renovar el compromiso por la ciudad, deben prevalecer en estos días, mejor si son parte de la cotidianidad.






