
El Mercosur logró esquivar este jueves 3 de julio de 2025 las tensiones políticas entre el argentino Javier Milei y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y saldó su cumbre semestral en Buenos Aires con un acuerdo arancelario y unanimidad en el objetivo prioritario de firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con la Unión Europea (UE).
Milei y Lula, presidentes de las dos mayores economías del bloque fundado en 1991, acogieron las miradas en una cita a la que también acudieron los presidentes de los otros países miembros -el paraguayo Santiago Peña, el uruguayo Yamandú Orsi y el boliviano Luis Arce-, más José Raúl Mulino, de Panamá, país asociado del Mercosur desde el año pasado.
En su primera visita a Argentina desde que Milei asumió la Presidencia a finales de 2023, Lula intercambió dos distantes pero correctos saludos con un Milei que le traspasó el liderazgo semestral del Mercosur.
Milei hizo oídos sordos a la visita fuera de agenda oficial que el brasileño hizo a la expresidenta argentina y líder opositora Cristina Fernández (2007-2015) en su domicilio, donde cumple desde el 17 de junio una condena de seis años.
Abismales diferencias
La diplomacia primó y no hubo cruces altisonantes, pese a lo cual Milei y Lula trazaron en sus discursos en la cumbre pinceladas de sus abismales diferencias ideológicas.
El argentino insistió en su defensa de la «libertad económica«, la apertura comercial «profunda», la «autonomía» de los países; y cuestionó el arancel externo común (AEC), por ser muy alto.
Se refirió al Mercosur, el más consolidado de los procesos de integración suramericana, como una «cortina de hierro» y advirtió que, si no se adoptan «reformas pro libertad comercial«, insistirá en «flexibilizar» las condiciones de la unión.
«Emprenderemos el camino de la libertad, y lo haremos acompañados o solos«, aseveró Milei, que en otras ocasiones ha amenazado con retirar a Argentina del Mercosur.
Lula, por su parte, defendió el multilateralismo, los «cimientos sólidos» del bloque , la «robustez» institucional del Mercosur y el AEC como protección ante la guerra comercial global.
«Escuché muy atentamente las angustias que cada presidente expuso: la falta de rapidez en nuestras decisiones. Me dedicaré para que podamos avanzar en estos seis meses lo máximo que podamos para que el Mercosur se transforme en un gran bloque», prometió el brasileño, al tomar el martillo del Mercosur de manos de Milei.
Avances comerciales
Pese a estas tensiones, y más allá de los discursos, el bloque logró el consenso para aprobar una ampliación temporal de las listas nacionales de excepción (LNE) al AEC, lo que permitirá los socios adaptarse «a un entorno internacional en constante evolución».
En la práctica, esta ampliación permitirá a países como Argentina bajar aranceles como parte de una negociación de reciprocidad arancelaria con Estados Unidos en un conjunto limitado de bienes.
«No existe incompatibilidad entre profundización y modernización del proceso de integración regional y la defensa de los intereses económicos-comerciales de cada uno de los Estado parte. Un claro ejemplo de este equilibrio ha sido el reciente consenso para ampliar las LNE a solicitud de uno de los Estados parte. Esta flexibilidad demuestra la capacidad del bloque para responder con unidad a los desafíos del escenario internacional», destacó el uruguayo Orsi.
Otro avance logrado es el cierre de las negociaciones para un TLC con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA,en inglés, integrada por Islandia, Noruega, Suiza y Liechtenstein).
EFTA y Mercosur esperan firmar el tratado en los próximos meses para luego iniciar el proceso de ratificación parlamentaria necesario para la entrada en vigor del pacto.
Más allá de los beneficios para los suramericanos del acuerdo con EFTA, en términos de mayor acceso a mercados e inversiones, se trata de un paso clave para lograr el ambicioso TLC que Mercosur negocia con la Unión Europea (UE) desde 2000.
Mercosur se mostró este jueves confiado en lograr la firma del acuerdo con UE antes de que concluya 2025 para luego buscar su ratificación, pese a ciertas resistencias entre algunos países europeos, como Francia. EFE