
El sistema de salud en Ecuador atraviesa una de sus peores crisis. Emergencias sanitarias constantes, hospitales colapsados y una crónica falta de insumos conforman un escenario que, según médicos y analistas, requiere más que soluciones temporales: exige una cirugía estructural de fondo.
El sistema de salud pública en estado crítico
El vicepresidente nacional de la Federación Médica Ecuatoriana, Wilson Tenorio, advierte que la salud pública “no soporta más”. Para él, lo prioritario es:
- Estabilizar el abastecimiento de medicinas e insumos.
- Mejorar la infraestructura hospitalaria.
- Garantizar una gestión más ágil, eficiente y transparente.
Por su parte, José María Egas, coordinador del Observatorio de la Salud en Azuay, considera que la raíz del problema es la falta de planificación integral.
Gestión ineficiente y rotación de funcionarios
Tenorio señala que uno de los errores recurrentes es la rotación de funcionarios entre el Ministerio de Salud Pública (MSP) y el IESS, lo que perpetúa la improvisación. Propone designar a profesionales con experiencia real en gestión hospitalaria.
Egas coincide y enfatiza que aunque hay médicos comprometidos, los nombramientos políticos han debilitado el sistema. “La corrupción no siempre es enriquecerse; también está en el maltrato al paciente y en la negligencia administrativa”, sentencia.
Centralismo e inequidad regional
En provincias como Guayas, donde las tasas de tuberculosis, VIH y dengue son altas, se exige una visión técnica y política unificada entre los subsistemas de salud: MSP, IESS, Junta de Beneficencia, entre otros.
Egas denuncia además la inequidad en la distribución de recursos: “El hospital José Carrasco en Cuenca recibe apenas dos tercios de lo que necesita, mientras los fondos se concentran en Quito y Guayaquil”.
Direcciones provinciales: una medida necesaria
Tenorio celebra el retorno de las direcciones provinciales de salud, señalando que es ilógico que desde ciudades como Milagro se maneje la red hospitalaria de Galápagos o Bolívar. “Los gobiernos locales conocen mejor las particularidades epidemiológicas”, sostiene.
Egas respalda esta descentralización y recuerda que los centros del Seguro Campesino en Azuay no han recibido insumos desde 2020, obligando a los pacientes rurales a recurrir a hospitales urbanos ya colapsados.
Financiamiento: una deuda con la salud pública
La Constitución ecuatoriana establece que al menos el 4 % del PIB debe destinarse a salud, pero ese objetivo sigue incumplido. Tenorio insiste en que se cumpla, pues existen más de 1.960 unidades del Ministerio de Salud y 130 hospitales que requieren urgente equipamiento.
A pesar de las millonarias inversiones durante la pandemia, persisten fallas graves en oncología, diálisis y atención primaria. Egas enfatiza: “Hoy tenemos niños sin controles médicos y familias que no pueden costear atención. Esa desatención se traduce en muertes evitables”.
Pacto nacional por la salud: un compromiso postergado
Tenorio afirma que el gremio médico está dispuesto a colaborar, dejando de lado intereses corporativos. Recuerda que durante la pandemia presentaron propuestas y protocolos al Gobierno sin buscar cargos, sino con el objetivo de mejorar el sistema.
Entre las propuestas urgentes:
- Mejorar la infraestructura hospitalaria para reducir la mortalidad.
- Implementar un plan nutricional nacional.
- Atender la salud mental y prevenir adicciones.
- Vincular las políticas sanitarias con la protección del medio ambiente (agua, reforestación, etc.).
Egas añade la necesidad de:
- Revisar la normativa sanitaria.
- Reubicar centros de salud según las necesidades del territorio.
- Eliminar las cuotas políticas en los nombramientos públicos.
También llama a una reactivación ciudadana y social, rechazando la normalización de la corrupción: “No podemos resignarnos a pensar que el servidor público solo está para robar”.
Decisiones firmes para salvar la salud en Ecuador
Ambos expertos coinciden en que no se trata solo de diagnósticos, sino de actuar con decisión. “No es momento de desgarrarnos las vestiduras, sino de aportar soluciones. El país lo requiere y tenemos un compromiso con la historia”, concluye Tenorio.
Egas lo complementa con una advertencia final:
“Sin salud ni educación, el futuro es oscuro y desalentador”.
Años de emergencias y parches en Ecuador
En Ecuador, las emergencias sanitarias dejaron de ser la excepción y se volvieron regla. Desde 2007, decretos y acuerdos han intentado tapar un sistema colapsado con compras urgentes, ampliaciones parciales y promesas incumplidas.
La pandemia de 2020 marcó el mayor esfuerzo, con más de 500 millones de dólares asignados, pero no evitó 46.374 muertes en exceso.
Después, el desabastecimiento volvió a ser el síntoma más visible: en 2022 apenas se destinaron 20 millones de dólares a medicinas y, en 2023, de los 405 millones presupuestados solo se ejecutaron 64,4.
Dos décadas de medidas cortoplacistas han dejado un sistema que sobrevive con parches, pero nunca ha recibido la cirugía de fondo que necesita.
Hoy, hablar de emergencia sanitaria es redundante: la red hospitalaria entera es la emergencia. (I)
Asignación oportuna de presupuestos

Saúl Chalco, exdirigente de la Asociación de Empleados y miembro del Comité Especial Único del IESS, afirma que la solución a la crisis hospitalaria del IESS requiere una asignación oportuna de presupuestos desde el nivel central.
Esta asignación debe realizarse de acuerdo con los planes operativos anuales y bajo un enfoque técnico, evitando así la excesiva tramitología burocrática que frena la eficiencia en el sistema de salud pública.
Organismos de Control: ¿Facilitadores o Barreras?
Chalco advierte que algunos organismos de control actúan más como obstáculos que como entes de apoyo a la gestión hospitalaria. Esta situación impide una adecuada ejecución presupuestaria y afecta directamente a la calidad del servicio que reciben los afiliados al IESS.
El Rol Fundamental de los Observatorios Ciudadanos
Ante este panorama, Chalco destaca el papel de los observatorios ciudadanos como herramientas esenciales para garantizar la transparencia, ética y probidad en los procesos de compras públicas. En el caso del hospital “José Carrasco Arteaga”, estos espacios ya funcionan desde hace algunos meses en coordinación con las autoridades.
Estos observatorios están conformados por ciudadanos con conocimiento técnico en contrataciones públicas, lo que permite prevenir actos de corrupción y promover una gestión más eficiente y ética.
Recuperar la confianza en el IESS
Para Saúl Chalco, la combinación de presupuestos claros, menos trabas burocráticas y un control ciudadano calificado es fundamental para recuperar la confianza en el IESS y mejorar la calidad de atención a los afiliados.
Plan para privatización progresiva

La crisis del sistema de salud en Ecuador continúa profundizándose. Según Edison Déleg, secretario general de los Trabajadores de la Salud del Azuay, esta situación se debe principalmente a recortes presupuestarios, falta de personal médico, equipos hospitalarios obsoletos y una gestión ineficiente.
Actualmente, solo se ha ejecutado el 11 % de los recursos destinados a infraestructura y medicamentos, lo que compromete gravemente la operatividad de hospitales como el “Vicente Corral Moscoso” de Cuenca, que continúa funcionando con maquinaria deteriorada.
Pérdida de plazas en el Sector Salud del Azuay
Desde 2015 no se han cubierto las partidas vacantes. Solo en la provincia del Azuay, se han perdido al menos 300 plazas laborales, generando una sobrecarga de trabajo para el personal que permanece en funciones. Esta situación afecta la calidad de la atención médica y pone en riesgo el bienestar de los pacientes.
Tercerización Bajo el Nombre de “Externalización”
Déleg alerta sobre un proceso de privatización progresiva del sistema de salud, disfrazado bajo términos como “externalización” de servicios. Un ejemplo claro es la tercerización de servicios básicos como la limpieza en centros hospitalarios, una práctica impulsada por diferentes gobiernos a lo largo de los años.
Riesgos de corrupción en la centralización de Compras
También critica la centralización en la compra de medicamentos y equipos médicos, señalando que esta medida, lejos de solucionar el problema, abre la puerta a la corrupción institucional, como se evidenció en casos anteriores con adquisiciones irregulares, como la compra de generadores eléctricos.
Propuesta de Solución: Declaratoria de Emergencia y recuperación del sistema público
Para Edison Déleg, la solución no pasa por «parches» temporales, sino por una acción estructural que incluya:
- Declarar la emergencia del sistema de salud
- Restituir los fondos recortados
- Frenar la privatización encubierta
- Recuperar plazas perdidas y renovar equipos
Solo con estas medidas se podrá garantizar una atención médica digna, oportuna y gratuita para todos los ecuatorianos.
Improvisación ha debilitado al sistema

Flor María Salazar, exconcejal de Cuenca y reconocida activista social, cuestiona la actual gestión hospitalaria en Ecuador, alertando sobre una creciente improvisación que debilita el sistema de salud pública.
Retroceso en el modelo de administración hospitalaria
Salazar recuerda que en décadas pasadas los hospitales funcionaban bajo principios de honestidad y eficiencia. En sus inicios, la administración estuvo a cargo de religiosas de la caridad y, posteriormente, del Ministerio de Salud desde 1970, manteniendo un funcionamiento estable sin importar los cambios de gobierno.
Perfil inadecuado en la dirección hospitalaria
La exconcejal critica que hoy en día los hospitales están dirigidos por perfiles sin experiencia en salud, lo que, según advierte, ha derivado en:
- Compras innecesarias
- Uso de insumos obsoletos
- Desperdicio de recursos públicos
Preocupa recorte presupuestario en el Hospital «Vicente Corral Moscoso»
Una de las principales preocupaciones de Salazar es la reducción de 7 millones de dólares en el presupuesto del hospital Vicente Corral Moscoso, uno de los centros médicos más emblemáticos de Cuenca. Este recorte compromete su capacidad de respuesta y sostenibilidad operativa.
Gestión médica multidisciplinaria
Como solución, propone que los hospitales sean administrados por equipos médicos multidisciplinarios, y no por gestores ajenos al sector salud. “La salud es un derecho, no un negocio”, enfatiza Salazar, denunciando que el país atraviesa un círculo vicioso de carencias que podría agravarse si no se aplican cambios urgentes. (I)
