La torpe y burda presencia en Carondelet del ahora nombrado como “el divino niño” por el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, ha llevado al país a un inaceptable estado de guerra y a la democracia ecuatoriana a cuidados intensivos. Causa serias preocupaciones en la comunidad internacional la vulneración de los derechos humanos y la tozudez …








